Hay cosas que son realmente inevitables, como por ejemplo que Riot V pasen por la capital arrasando la Sala Nazca, algo que se preveía desde un principio...tan pronto como se anuncio su venida. Un exitazo de una de las bandas más en forma del panorama actual, que se embarcaba en un Iberian Tour en el que tenían la tarea de presentar un Live in Japan 2018, así como su último disco, Armor of Light, con lo que el aliciente sería doble para acercarse a ver a uno de los clásicos de verdad, de esos que no defraudan. No sin antes haber sufrido un pequeño percance la banda invitada, S.N.A.K.E., quienes no pudieron completar ni un 25% de su show, siendo víctimas de un cúmulo de infortunios, pues en vez de poder presentar su buenísimo álbum Only One Flag, tuvieron que lidiar con un parche de batería tras dos temas que estaban calibrando muy bien el ambiente de la noche. Los cortes fueron "On The Edge" y "Angel Of Mine", que se disfrutaron hasta que el "cenizo" se cernió sobre la agrupación de vocalista italiano, quienes pararon el show para solucionar el desaguisado, y seguir muchos minutos después con el show, con más infortunios varios, por cierto. Por ejemplo a Dave Hyden se le desenganchó la bandolera de su guitarra, dándose cuenta al músico del incidente antes de que la misma se fuese derecha al suelo...una verdadera pena, pues de veras creo que es una muy buena banda, con un enorme trabajo que presentar, pero que esta noche fueron víctima de unos astros alineados en su contra, aunque todavía pudieron tocar varios cortes de su horno como "Only One Flag", "Bullet for You" o la final y celebrada "Heartbeat". Por supuesto, espero con ansia poder ver su actuación completa en alguna ocasión, pues su puesta en escena, ganas y propuesta lo merecen.



Tras más de media hora de cambios en el escenario, y sopesar quitar un bombo a la batería por la falta de un repuesto para la misma (¿?), la decisión fue exactamente esa...dejar el kit "cojo", por lo que todo el mundo pensó que quizás el show se resentiría dada la circunstancia. Algo que desde luego, no fue así, en un concierto que empezó por todo lo alto con "Victory" de su actual Armor of Light. Riot V salieron a por todas, y, con un sonido enorme, una batería rearmada y muchas ganas, sacaron a pasear esa profesionalidad de la que muy pocas bandas pueden hacer gala...Todd Michael Hall es IMPRESIONANTE en cuanto a su actividad en escena, pero mucho más lo es su voz, que se mantuvo durante todo el show al 100%...¡una bestia de escenario!. Continuar el show con "Flight of the Warrior" es garantizar el espectáculo, pues bien se pudo ver el enorme amor que los fans tienen a todo aquello que tenga que ver con Thundersteel, su obra del 88. Me encanta como Mike Flyntz defiende el legado de Reale, con un gusto, calidad y saber hacer de otro sistema solar...nada que decir, por cierto de un Frank Gilchriest perfecto tras los timbales a pesar de los problemas técnicos, y un Don Van Stavern que se echa a sus espaldas gran parte de la puesta en escena de Riot V, siempre con una sonrisa y bromenado en todo momento con sus compañeros de banda...¡como debe ser!.



"Bring The Hammer Down" de su anterior Unleash the Fire, no desentona frente a los clásicos, y es que ver a la banda ataviada como en el reciente dvd no tiene precio, defendiendo temazos como este, siempre con un sonido profesional como pocos y una actitud de la que podrían tomar nota algunos, sobre todo de un Todd comunicativo e inconmensurable. El fortachón me impresionó, y lo hizo manteniendo tonos imposibles durante todo el show, siempre dotando de interés al escenario con su presencia. Seguimos con la etapa más classic con "On Your Knees" de su Privilege Of Power, como la siguiente "Metal Soldiers", siendo el tramo de show favorito de muchos, pues el álbum es, hoy por hoy, un clasicazo de la banda. Aunque he de decir que el feeling que Riot depositaron en "Restless Breed" fue de nivel, ante un clásico perteneciente a uno de los discos con la portada más...¿curiosa?...del heavy metal, continuando la macrofiesta con "Johnny's Back", volviendo como no, a Thundersteel. "Storming The Gates of Hell" volvió a la etapa "Privilege", dejando constancia de la importancia del álbum del 90 en su carrera.



Esa vena más remember de este tipo de eventos pide cosas como "Bloodstreets"...¿sabéis de qué álbum?. Todd está adrenalínico, el sonido es perfecto y el público está entregado a la causa...¿qué más se puede pedir?. Pues más Riot...ni más, ni menos. "Take Me Back" de su penúltima obra, fue la antesala de "Road Racing" como representante del clásico Narita, del que mejor no proyectasen la portada en la pantalla (lo siento, pero siendo seguidor de la banda, creo que parte de la culpa de que no ascendiesen más en los ochenta, fue por sus peculiares portadas, que aunque con encanto, eran de todo...menos comerciales), y que sonó de escándalo, añeja y conservando todo el brillo y alma de la composición original, siendo "Altar of the King" la representante de otro trallazo imperdible como Fire Down Under, apostando de nuevo por su etapa actual con "Angel’s thunder, Devil’s reign", y avisando el reloj de que no debía quedar mucho más tiempo para seguir disfrutando por todo lo alto del conciertazo que estábamos presenciando.



"Magic Maker" fue la única representante de Night Breaker, mientras que botella en mano por parte de Staven, empezó a sonar la fiestera "Swords and Tequila", otro clásico infaltable del set de los americanos. Tras los clásicos "Warrior" y la soberbia Thundersteel, se anunciaba un final de show que no llegó todavía, sin antes salir la banda (Todd descamisado luciendo tableta de chocolate blanco), a despacharse dos regalazos sónicos en forma de "Outlaw" y "Sign of the Crimson Storm", que sirvió para que viésemos el enorme rollo que tienen los miembros entre sí mismos y con su público, que disfrutó a lo grande de unos Riot V entregados, cómodos y totalmente ofrecidos a su gente...nosotros, los asistentes. Los que justamente esperaban ver lo que vieron, es decir, un momento memorable más en la historia de Riot.


Mark Reale se debe sentir muy orgulloso. Sí señor.


José Rojo

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