RAMMSTEIN - ESTADIO RCDE - CORNELLÁ (BARCELONA 1/6/19)
Arrancó junio con Barcelona en llamas, y con una descarga de sonido, tan brutal como elegante, cuyos ecos aún retumban por la Ciudad Condal. RAMMSTEIN pasó y arrasó Cornellá –Estadio del RCD Español, 35.000 almas, sold out— en la única fecha en nuestro país de la gira, recién estrenada en Alemania, de la poderosa banda teutona.
Quienes estuvimos in situ no lo olvidaremos nunca. Así de contundente. Descomunal concierto en imagen, sonido, efectos, ritmo, duración, puesta en escena… Era mi quinto Rammstein, y mereció la pena subir a Barna para tan distinguido evento –fin de semana largo de despliegue por aquellos lares LOL ! Los alemanes se esmeran con novedades en cada nuevo tour, y ¡presupuesto tienen!. Diez años de espera para esta nueva producción. Till Lindemann (líder y voz), Richard Z. Kruspe (guitarra solista), Christian “Flake” Lorenz (sintetizadores e ideólogo), Christoph Schneider (batería), Paul Landers (rítmica), Oliver Riedel (bajista), lineup legendario desde 1994.
Imposible olvidar mi primera experiencia con este terror teutón, este ciclón escénico, esta muralla de sonido, hace casi 20 años, en la gira del tremendo Mutter, todos metidos en la sala Macumba, encima de la estación de Chamartín de Madrid. Pensé entonces que aquello se venía abajo, con los germanos descargando como si no hubiese un mañana, y el suelo de la sala, literalmente, vibrando ante la embestida brutal de banda y público enfervorecidos. Parecidas sensaciones el sábado 1 de junio, en la zona izquierda de tribuna en Cornellá, centrados, con excelente visión y nítido sonido, en el momento en que Rammstein iniciaron la pegada.
No creías a tus ojos por lo que estabas viendo sobre el inmenso escenario, y el sonido hacía vibrar las gradas, ¡y los órganos vitales! en el cuerpo de los afortunados que allí estábamos, ojipláticos, boquiabiertos, en éxtasis paroxístico. La sensación sonora en los baños era tan abrumadora como increíble. Sentí el efecto de una “bomba” estallando, estando en los servicios de tribuna...no era ni siquiera un efecto especial, tan solo el inicio de otro trallazo teutón.
Ver el escenario apagado, a plena luz del día, ya impresiona sobremanera. El tamaño y altura son de otro mundo, como si una enorme nave espacial extraterrestre se hubiese posado sobre el estadio, como construcciones alienígenas en tonos negros metálicos, llenas de detalles y cientos de focos tipo cañón, tres mega círculos móviles y en disposición asimétrica, como armas amenazantes, y la sensación de decorados gigantescos sacados de una imagen urbana nocturna de Blade Runner. Como si en cualquier momento la mega estructura fuese a cobrar vida..y vidas. Y así fue. Arranque tan majestuoso como elegante. Y sorprendente. La banda no sale en modo tsunami arrasando con un tema pesado y fuego por doquier. La maquinaria se pone en funcionamiento con uno de los círculos posado sobre los miembros de la banda, que van apareciendo uno a uno, en medio de los primeros haces de luz y niebla, a lo Sisters of Mercy, ¡pero multiplicado por cien! El ritmo avanza entre admiración y misterio, con las notas de la inquietante y embriagadora ”Was Ich Liebe” (Lo que me gusta, en español) que para mí es una de las tres joyas del último disco.
El tema progresa, se hace grande y potente, y atrapa al estadio. La locura se ha instalado ya entre los 35.000 asistentes a la ceremonia sagrada de la Neue Deutsche Härte. No hay salida ni vuelta atrás. Vienen dos horas de orgasmo visual y sonoro. La histeria se desata con los primeros acordes del ”Links 2 3 4”, tema de tremenda estética en directo, y que sirvió para zanjar, la supuesta polémica de si Rammstein representaba, ideológicamente y por su imagen, ideas ultraderechistas. Con Links (significa izquierda en alemán) se decantan más por el otro lado (es parte de una antigua canción comunista), aunque el juego de la ambigüedad continúa.
El show avanza, y el escenario es ya un volcán desatado que escupe toneladas de luz, sonido y fuego. Es tan ancho, además de alto y profundo, que no llevan pantallas laterales, sino una única, centrada arriba y rectangular, donde juegan con proyecciones y tomas polarizadas del concierto. Caen ”Sex”, sustituible para mí, y ”Tattoo”, poderosa, ambas del último y recién publicado disco, para un total de 9 de las 11 del álbum, de las 23 del Setlist, a piñón fijo, de la gira.
Acto seguido, entro en éxtasis profundo, con tres trallazos que me disparan la adrenalina hasta el espacio exterior. ”Sehnsucht” (anhelo) entra en modo apisonadora, con Lindemann golpeándose el muslo frenéticamente con el puño –imagen ya icónica-- y quienes no habían visto a la banda alemana antes, ya saben de lo que todo el mundo habla...”Herzlich Willkommen! Das ist… RAMMSTEIN!!! (Bienvenidos a Rammstein!)
Siguen frenéticos, sin pausa, con otro obús del disco nuevo, ”Zeig Dich”! (muéstrate, manifiéstate!), uno de mis tracks favoritos, contundente y exortizante, y sin recobrar el aliento, escenario teñido de rojo, con cientos de cañones y potencia desplegada al máximo, para otra bomba inteligente del Mutter. Suena ”Mein Hert Brennt” (mi corazón arde), y ya no queda un solo cuerpo ni alma en el estadio que no esté entregada.
Siguen ”Puppe”, con inquietantes imágenes del niño-muñeco diabólico, la mega cuna-cochecito en llamas, y la breve y delicada balada ”Diamant”, ambos del último. Entre medias el clásico ”Heirate Mich” (cásate conmigo), para dar paso, con R.Z. Kruspe en el ascensor central en las alturas, a la sesión Remix Deutschland Tanz Groove Metal, con el resto de la banda sobre el escenario, enfundados en trajes tipo malla, con rayas lumínicas fosforescentes, haciendo bailes coordinados con el ritmo tanz groove. Tras el Ibiza Mix de la noche, descargan de forma descomunal, sin piedad, el ”Deutchland” auténtico, tema que será ya para siempre un clásico de la banda. Polémicas aparte en tierras germanas –video con referencias a la historia de Alemania, época Reich nazi y judíos...— es una composición con un inicio que te atrapa, un ritmo poderoso que te envuelve y no te suelta, y un alemán sonoro y contundente que te eleva y hace que hiervas por dentro.
Continúan con el ”Radio”, penúltimo single editado, también muy tanz pegadizo, y vuelven a poner el estadio –literalmente—en llamas, con el canibalismo, de la mano del ”Mein Teil” (mi parte, nein? no?), y acto seguido, con un tornado fuerza 5 en forma de ”Du Hast Mich” (me tienes). El escenario entra en plena erupción por todas partes, y desde tres plataformas gigantes, tipo mega antorchas, como piernas metálicas gigantes de las naves de La Guerra de los Mundos, dispuestas en formación triangular en el centro del campo –desde la central y adelantada sale media decena de cañones precisos y preciosos que atacan el escenario— se desata el infierno!!
Llamaradas triples de 10 metros, sincronizadas con la descarga sonora y el fuego amigo ”Feuer Frei” del escenario, se elevan, a la vez, desde las tres plataformas hacia el cielo. Estamos en el Infierno de Dante, hemos descendido al Averno. Las llamaradas son tan intensas, que estando por encima de nuestra posición en la grada, y a esa distancia, cada fogonazo nos ciega los ojos, y hace que nos arda la piel esos segundos. Nunca había sentido ese calor, a la par que ese éxtasis físico y emocional, en 35 años de conciertos por España y el mundo. La piel y el cerebro en llamas, y una potencia brutal de sonido, tan alto el volumen como nítido, pero sin ninguna molestia auditiva, ni a la salida del show, ni al día siguiente. A ver si aprenden otros...Metallica?? –fue comentario general, en comparación, tras el reciente, y reiterado, paso por Madrid, de la interminablemente comercial gira de los californianos.
RAMMSTEIN no son Kiss o AC/DC, como grandes exponentes de mega shows más Hard Rock clásicos, ni tampoco son Pink Floyd o Muse, con súper despliegues en estadios –en realidad Pink Floyd fueron otra galaxia lejana, distinta al resto— Los teutones son algo igualmente mastodóntico e impactante, pero con otro enfoque, otras sorpresas escénicas, y en alemán.
Son exponentes de la Neue Deutsche Härte (nueva dureza alemana) y del Tanz Metal (metal bailable). Guitarras poderosas modelo heavy, pero sin ningún virtuosismo ni solos, instrumentalmente, siendo correctos, no son virtuosos en absoluto, ni lo pretenden, con elementos escénicos teatrales tipo La Fura dels Baus, reminiscencias Hard Rock y Groove, y sonidos a lo Depeche Mode o Kraftwerk, todo unido a su marca inconfundible, y a la herencia e influencia de sus compatriotas, OOMPH!.
Volviendo al escenario y al show, otro enorme y excelso tramo con dos himnos sagrados: ”Sonne” (aquí llega el sol) y la balada, con mayúsculas, llanto y sangre en los ojos (en ésto es distinto a sus compatriotas Scorpions), ”Ohne Dich” (Sin ti). Majestuosa. Me emocionó profundamente. Junto al ”Mutter” (madre), sus dos mejores piezas, en mi opinión, en el área de baladas – medios tiempos.
En zona Bises, los miembros de la banda se dirigen a un cuadrilátero central, para ejecutar, junto a las dos pianistas francesas que abrieron como teloneras –pianos enfrentados, en el centro del campo, y también con temas Rammstein interpretados solo con el doble piano— el clásico ”Engel” (Angel), una versión que me pareció algo insulsa y descafeinada, para volver en los icónicos botes neumáticos entre el público –imagen mágica-- hacia el escenario, para la traca final. Descargan el ”Ausländer” (extranjero), último single (que no me entusiasma, pero que tiene su dosis de los Rammstein más suaves y comerciales) junto al ”Pussy” (otra de sus “salidas” sexuales, que tampoco está entre mis favoritas), y con el ”Du rieschst so gut!” (qué bien hueles!) sí que me vuelven a poner en órbita, con sangre y fuego corriendo por mis venas, tras casi ya dos horas de paroxismo personal y colectivo. Mi éxtasis habría sido de otro mundo (aquí cada uno tenemos nuestro Setlist Ideal particular) si, en vez de las que he manifestado que me parecen menos excelsas de este nuevo álbum, hubieran sonado ”Wollt ihr das bett in flammen sehen?” (quieres ver la cama envuelta en llamas?), ”Feuer frei!” (Fuego!), ”Asche zu asche” (cenizas a las cenizas), y la demoledora balada ”Mutter” (madre). Sólo mi humilde opinión.
Acaban la segunda parte de los bises con el tema homónimo ”Rammstein”, que suena industrial, brutal, denso, contundente, apabullante...adrenalina desatada, y cierran, como una máquina perfecta de precisión alemana, con el ”Ich Will” (yo quiero), ¡otro himno! y todo el infierno desatado –All Hell´s breaking loose!—por todas partes, escenario, pista, gradas y cielo. 35.000 almas enfervorizadas. Un tercio han venido de Alemania, toda nuestra zona incluida. Parece que estamos en un estadio germano...ña banda se eleva, en un acto final, en el ascensor central, sube a las alturas, y en una última explosión, desaparecen como con un golpe de magia.
Han sido ellos. La apisonadora germana ha pasado por España en esta única y ya legendaria fecha. Realidad daimónica. Les esperamos en alguna próxima ocasión en Madrid.
Han sido 18 años exactos desde el ”Mutter Tour” en Macumba. Junio 2001 a Junio 2019.
Son RAMMSTEIN.
Barna IN FLAMMEN !! SO GUT !!
CARLOS BURGOS
CjRockenfield
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