DORO - SALA MON (MADRID 16/03/19)
Hacía unos cuantos años que no tenía oportunidad de disfrutar de un concierto de la diosa del heavy metal, Doro Pesch. Y no será por intentonas, pero hay ocasiones en las que parece que nada está a tu favor para que puedas moverte a un evento, ya sea en el entorno de un festival, o en el de una sala, como venía a ser el caso. Ya sea como Doro, o como Warlock, siempre fui seguidor de la carrera de la metalhead por excelencia, quien además, ha demostrado ganarse cada fan, cada euro que ingresa y cada halago recibido. Una de las artistas más queridas por todos nosotros, estaba en la capital, con nuevo disco, doble por si fuera poco, bajo el brazo. Un Forever Warriors, Forever United que sirve como perfecto pretexto para encabezar una gira en la que un greatest hits es lo que todos esperamos a pesar de la nueva artillería, pues Doro tiene repertorio para dar y tomar, y así demostró esta noche en la Sala Mon de la capital, que por cierto, presentaba un Sold Out fulminante y totalmente justificado. La auténtica reina de nuestro querido universo musical estaba en Madrid, y no íbamos a desaprovechar la ocasión de visitarla, puño en alto.
Decir que, aunque llegamos a la hora marcada, los suecos No Sleep For Lucy, que venían a presentar su único álbum Until The End, ya estaban por algo más de mitad de show, debido a un adelanto horario. Pero por suerte siempre tenemos conocidos en la sala que nos informan acerca de lo acontecido cuando estas cosas ocurren, y, sorpresivamente, fue una banda que sirvió para mantener ambiente con música relajada, de tintes semi-pop, y que a muchos de los asistentes pareció crearles la sensación de incompatibilidad con los enérgicos shows de Doro, pero sí que es cierto, que gozando de un sonido muy decente, y presentando una propuesta cercana a U2 o Coldplay en influencias, terminaron arrancando un aplauso al público, pues a pesar de sus diferencias estilísticas con el público que abarrotaba la sala, habían sabido estar sobre las tablas muy bien, sin desagradar, y manteniendo el local con un buen ambiente.
Pero llegó la hora de la verdad, y con cierta antelación, un telón con el logotipo y figura de la alemana de fondo, nos anuncia que el vendaval está a punto de llenar cada rincón del escenario que teníamos frente a nosotros. Con una ovación inicial y una banda speedica y comunicativa, empezaba el show con uno de los nuevos himnos, que lleva el nombre de "Raise Your Fist"...ese tipo de canciones que en estudio animan, pero piensas "típica de Doro para los conciertos". Pues bien...estamos en uno de ellos y el tema suena demoledor, y Pesch está en estado de gracia vocal, en estupenda forma física, corriendo de un lado a otro, poniendo poses, acercando el micrófono a las primeras filas, y con su eterna y enorme sonrisa, esa que ha hecho que el trono jamás le haya venido grande, sino más bien todo lo contrario. Energía desde el primer segundo, y una banda compacta a más no poder, en especial un siempre espectacular Johnny Dee, un verdadero crack del entertainment en la batería, un showman tras los parches. Continuar por supuesto con "Earthseeker Rock" de Warlock es querer que nos dejemos el pellejo en la sala, como realmente terminamos haciendo. Me encanta la actitud de la vocalista en todo momento, sentida, agradecida y humilde, pero es que la simpatía de los que le rodean, no es menor, pues Nick Douglas, su ya eterno bajista, no borra la sonrisa de la cara ante un público ya volcado.
"Bastardos", de su último trabajo, también logro levantar los puños de casi toda la sala, y logró transmitir un magnetismo del que quizás adolezca un tanto en estudio, pues el tema es resultón...pero en directo gana muchísimos enteros, y como digo, se transforma en himno. Curioso el arma de humo con la que enchufó hacia el público, para dejar caer algunos confeti, los que anunciaban el siguiente clasicazo. "Burning The Witches" es uno de los mejores cortes en vivo de Warlock, y así se hizo saber esta noche, con cada alma coreando el fácil estribillo, al son de la afilada música. El sonido estaba siendo de diez, y el momento único...¿algo más?. Por supuesto...¡mucho más!. Dos enormes clásicos para dejarnos noqueados como "True as Steel" y "Fight For Rock". Y ya empiezo a pensar que, de seguir así, estaremos disfrutando del que será uno de los conciertos del año, estando en el mes de marzo y quedando mucho 2019 por delante.
"The Night of the Warlock" sirvió para que un brujo saliese a escena a señalarnos a todos maléficamente con su bastón mágico...¿estaría bendiciéndonos a todos, o hechizándonos?. Con la incógnita de las intenciones reales del "ser", seguimos con la tanda de clásicos inmortales como "East Meet West" o "Kiss of Death", manteniendo esa fuerza vocal de estudio tan característica de Doro, que vió su descanso en la balada "Make Time For Love", lo que dió lugar al solo de guitarra de Tommy Bolan, que aunque a algunos les pareciese realmente desmesurada y sobreactuada su forma de encarar la escena, es de factura decir que esa es la actitud. Salir a comerte las tablas, agradar, posar y dar espectáculo. Tras el escaparate de posturas y guitarras, "I Rule The Ruins" irrumpió en el descanso, para dejar uno de los momentos mágicos de la noche, cargado de una fuerza descomunal, acompañado de "Three Minute Warning"...y a partir de ese momento, y un sólo espectacular, divertido y dinámico de Dee, sabíamos que ya sólo nos quedaba esperar para el postre de postres. La culminación lujosa del manjar.
La banda, después de presentar la macarra "Blood, Sweat and Rock'n'Roll" de su nuevo disco, dejó que la máquina del tiempo se pusiese en marcha, regalándonos un "Für Immer" espectacular, emotivo y con la sala volcada...¡casi no se podía escuchar a la propia Doro!. Impresionante. No menos que el tándem que formaron los temas finales, cargados de nostalgia y fuerza a partes iguales con la nueva "All For Metal", como no, "All We Are", y las infaltables "Touch of Evil" y "Metal Tango", tras las cuales, y una larga despedida, Doro y su banda despedían Madrid de la mejor de las maneras, siempre recordando a los fallecidos Lemmy y Dio, y lanzando al público todo tipo de muestras de cariño, una y otra vez.
He podido ver a Doro en infinidad de ocasiones, y siempre que puedo, vuelvo a ser partícipe de su espectáculo. Y el del pásado día 16 fue uno de los mejores de cuantos he podido disfrutar, en un recinto pequeño, para una mujer luchadora y auténtica, que cuantos más años pasan, más grande consigue que sea nuestra admiración hacia ella. Gracias, precisamente, a shows como el último de la Sala Mon.
Doro...PARA SIEMPRE.
José Rojo
Fotografías: CJRockenfield
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