SLASH - WIZINK CENTER (MADRID 13/03/19)
Parece mentira que sea hace nada menos que nueve años, cuando Slash editaba aquel flamante primer disco bajo su nombre, trayendo consigo un acertadísimo Apocalyptic Love, la coletilla en el nombre de Myles Kennedy and The Conspirators, la cual se conserva hasta el día de hoy, cuando la banda ya lleva editados tres trabajos de estudio, y varios en directo, lo cual quiere decir que es una formación totalmente establecida, y de la cual Slash se siente orgulloso, cuyo apoyo le respalda de un modo más que solvente, algo que pudimos comprobar en el Wizink Center el pasado miércoles de primera mano.
Y todos sabemos del buen gusto por el blues del maestro de la chistera, por lo que no es extraño encontrar a una banda como los americanos Bishop Gunn abriendo las veladas de Slash, quienes venían a presentar su álbum Natchez, y que, capitaneados por Travis McCready desenvuelto y confiado, se marcaron un buen show de grandes sentimientos arraigados a su tierra, armónica en mano en cortes como "Bank of the River", temas más directos como "Southern Discomfort", que abrió la noche, o "Let the People Know", que la cerró al mismo ritmo, convenciendo, y poniendo sobre la mesa lo patente que está el southern rock de tintes blues en nuestros días, al más puro estilo de otras formaciones no tan atrás en el tiempo como The Black Crowes en sus años tempranos, cuando todavía no habían intentado ser los nuevos gurús del género (aunque en cierto modo lo lograron). El caso es que haciendo retrospectiva y dejando bien claro el gusto de Slash por estas tesituras en temazos como "Beggars & Hangers On" o "Neither Can I", no es de extrañar que elija una bandaza como Bishop Gunn para amenizar las esperas de sus espectáculos.
Y con más de la mitad de la pista del recinto abarrotada de ansiosos de Les Paul, muchas camisetas de Guns'n'Roses y ganas de evadirnos de la dura semana de trabajo, ahí salió la banda a escena, en un atrezzo tan sólo ataviado con un enorme telón de su última obra, Living The Dream, además de unas cuantas figurillas de juguete alineadas sobre los amplificadores. El caso es que cuando empezó a sonar la intro y saltaron a escena con "The Call of the Wild", la gente no se imaginaba, sobre todo esos que llevaban camiseta de los gunners, que esto sería un recital casi exclusivo de Slash, a secas, y es algo que en lo personal agradezco, pues para ver a la banda madre, ya hemos tenido oportunidad en una reunión de conciertos excesivamente largos. Un viva por la decisión, pero hasta el momento, no tanto para un sonido que estaba un poco apagado, aunque la banda estuviese dándolo todo. En "Halo" sin embargo, empezó a esclarecerse todo lo que traspasaba las membranas de los amplis y...¡boom!. Ahora ya podíamos escuchar todos los detalles de la música a la perfección. Seguimos con el amor apocalíptico de la mano de "Standing in the Sun", un clásico de sus set, que Myles Kennedy defiende con potencia, energía y una puesta en escena que llena cada hueco de las tablas, con un chorro de voz que ya quisiera Axl en la actualidad. Los Conspirators, por su parte, son una apisonadora de rock, y son lo más parecido que hay a una banda de auténticas estrellas del rock actuales. Sensacionales.
A "Ghost", aún con el desparrame y chorro de voz de Kennedy, sigue faltándole la voz de Ian Astbury en vivo, lo que no es suficiente para dejar de mantener semejante temazo en el set, mientras que Back From Cali suena clavada a su versión en estudio, máxime cuando fue una de las pocas que Kennedy interpretó en el disco homónimo, cuando aún no había conspiradores que habían enamorado a Slash. La actitud del guitarrista era la de siempre...la misma que lleva empleando desde que se colgó la Gibson por primera vez (aunque también ha habido otras amantes como Bc Rich por ahí...escondidas en su pasado). Por su parte, siguió defendiendo su última obra al son de "My Antidote", "Serve You Right" y "Boulevard of a Broken Hearts", lo que hacía presagiar que habría mucho set inesperado, pero, repito, placentero para los que íbamos con la idea de disfrutar de Slash, y no de una banda de covers con el músico estrella como protagonista.
"Shadow Life", de su World on Fire, ya es una de las favoritas de los que seguimos la prolífica discografía que venían a presentar, siendo el punto diferenciador, distrayendo la atención del personal, dos cortes cantados por el bajista Todd Kerns, como fueron "We're All Gonna Die" y "Doctor Alibi", tema originalmente interpretado por Lemmy Kilmister, que esta noche tendría su homenaje a través de la ya conocida canción. Y para darse el respiro de la noche, la preciosa "The One You Loved is Gone", sonó maravillosa de las cuerdas de un Myles que compuso este tema a su perro, y que hoy se lo recitaba ante gran cantidad de almas en Madrid. Disfrutado un extensísimo sólo de guitarra de Slash (excesivo para algunos asistentes, tal y como pude escuchar), "Wicked Stone", "Mind Your Manners" y "Driving Rain" marcarían un punto de inflexión en el show, pues no demasiado lejos el final de la actuación, sonarían los verdaderos himnos de la noche. "By The Sword" luce maravillosa a través de la boca de Myles, cayendo poco después el único guiño a los Guns de toda la noche. Un manido pero potente "Nightrain" que dejó poner de manifiesto quienes conocían el repertorio, y quienes sólo han escuchado los superhits radiables de la banda madre de Slash. No digo postureo, pero algo de desconocimiento habría en algunos casos, pues reitero, creo que el setlist fue de diez, aunque hubiese incluido algún tema de la era Snakepit y un "Sucker Train Blues" de Velvet Revolver, lo que hubiese convertido al show en un 11 en cuanto a repertorio.
"Starlight", la poderosa "You're a Lie" (una de las más eléctricas de la noche, sin duda) y "World on Fire", fueron las encargadas de conducir el show a dos bises más, es decir, "Slow Grind", por la que apostó para el final perteneciendo a su último disco, y un excelso "Anastasia" que siempre me ha parecido una de las mejores composiciones de su carrera, y que esta noche sonaría para dejarnos a todos satisfechos, cargados de buenas vibraciones y con la sensación de haber visto un buen show de uno de los más grandes iconos de las seis cuerdas de nuestra era. Él sólo se vale para crear noches de rock. Bueno, no...que los Conspirators también hicieron lo suyo.
Texto: José Rojo
Foto: CJRockenfield
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