HELLOWEEN - WIZINK CENTER (MADRID 09/12/2017)
Cuando se cumple un sueño y en su transcurso se llega a las expectativas esperadas, no hay mejor modo de inmortalizarlo que escribiendo las sensaciones que te ha causado vivirlo en primera persona, y la venida de Pumpkins United no era sólo mi sueño (si…como los estudios de Andi Deris), sino uno de los momentos más esperados por la comunidad metálica mundial…algo sin precedentes en la historia de la banda, y una nueva oportunidad de ver juntos a los pumpkins más famosos del mundo. Muchas esperanzas de ver algo único, y algo de miedo por lo que pudiese suponer una noche mediocre frente a una espera tan larga. Un casi soldout, un Wizink Center abarrotado con un ambientazo en sus adentros e inmediaciones, mucha seguridad (como debe ser), sobresaliente organización y el anuncio de la grabación en dvd del show de Helloween…¿alguien de verdad se quería perder esto?. Si has metido las narices en el mundo del heavy metal durante los últimos 30 años, no lo creo, sinceramente…había que verlo, vivirlo y sentirlo. Helloween no durarán para siempre, pero sí que tratarían de inmortalizar su enorme contribución a la música en la capital madrileña. Y eso es un orgullo para todos sus seguidores, y para ellos mismos.
Cuando accedimos al recinto el ambiente era inmejorable y totalmente cálido. Se respiraban unas ganas insaciables de calabaza, y los nervios se podían cortar con un cuchillo…sensaciones que sólo una reunión como la de los teutones pueden generar, totalmente justificadas. Un gran escenario tapado con un telón gigantesco con el logotipo de la banda y gira, cubría lo que tantos años habíamos esperado…lo que estaba a punto de explotar frente nosotros que tanto se había ansiado, y de lo que tanto se había deliberado años atrás. A las 20:30 clavadas se apagaron las luces para comenzar a sonar un estruendoso inicio con ”Halloween”. La llama empieza a encenderse y el DeLorean de nuestra mente empieza a hacer de las suyas. Los recuerdos invaden nuestro ser y cae el telón. Vemos una imponente pantalla HD, dos fragmentos de calabaza defendiendo la batería de Löble, varias alturas y dos pantallas laterales que sirven de perfecto atrezo para un espectacular inicio. El sonido es inmejorable y la energía ya se había puesto de manifiesto. Ahí teníamos a Andi Deris y Kiske cantando como los ángeles…gozando de una complicidad que en los sueños de los propios fans, seguro era inferior a lo que estábamos viendo, un Hansen sonriente y lleno de vitalidad, un Markus siempre comunicativo y un maestro de ceremonias como Weikath concentrado en tocar cada nota del tema con la mayor fidelidad, arropado por una preciosa pumpkin guitar que sonaba a gloria. Con guiños a nuestro país de Deris incluidos y una gran actividad de los dos vocalistas en la larga pasarela, el tema transcurrió fugaz, sonando PERFECTO, y creando en nuestras retinas momentos desde ya, inolvidables. Rozando la perfección y mostrando unas ganas enormes de agradar y salir guapos en el dvd que se estaba grabando en ese momento. Esto acababa de empezar…y ya sólo con ver el comienzo, ya veía justificado cada euro que los fans han gastado en la entrada para ver a Helloween.
El Dr. Stein hizo de las suyas y sin quedarse para los bises dejó el recinto patas arriba desde sus primeros compases. Era ensordecedor escuchar a las primeras filas acompañando a unos Kiske y Deris inconmensurables, mientras vemos como en la pantalla gigante y las laterales van pasando imágenes creadas para la ocasión y que en el 80% de los casos, fueron espectaculares, dotando de una belleza única al show, creando una sensación agradable a la vista y acompañándose de la mejor banda sonora posible. La noche prometía demasiado con tan sólo dos canciones, y todo estaba sonando tal cual suena en estudio, pero con la energía del directo. Incluso las tres guitarras de Sascha, Kai y Weikath sonaron tan coordinadas que pareciese que llevasen toda la vida tocando juntos. Impresionante combo que estaba sonando como pocas veces servidor había oído, para, poco después presentar la banda a dos nuevos amigos que nos acompañarían en una buena parte del momento. Seth y Doc eran dos divertidas calabazas que iban amenizándonos la noche, aproximadamente cada dos canciones, y que, llenando la pantalla con guiños a todos los lp’s y épocas de la banda, fueron capaces de captar nuestra atención para que los músicos tuviesen descanso y pudiesen preparar el siguiente round. Es más, ya imaginaba cómo en el futuro dvd nos incluirán los videos completos en los extras para poder verlos con detenimiento y observar esos pequeños detalles que se nos pudiesen escapar.
Cuando todo el mundo pensaba que continuarían el show con algún tema nuevo con el que respirar, sonó un impactante ”I’m Alive” que fue la confirmación de que lo que estábamos presenciando era un hecho histórico e irrepetible en nuestra música. Si, amigos…como quien estuvo en la grabación de Priest…Live! o Live After Death. Así creo que nos sentimos la mayoría de los asistentes. E incluso ”Are You Metal?” de su más actual 7 Sinners, resulto ser todo un festejo con el que cantar, saltar y gritar, ya con Deris ejerciendo de master y Kiske, que no atravesaba su mejor noche, demostrando que aún no estando al 100% físicamente, puede dar todo de sí, ofreciendo un espectáculo vocal de altura. Tras la sentida y siempre resultona ”If I Could Fly” llegó otro recordatorio de los Keepers. ”Rise and Fall” sonó de escándalo, en la que el propio Kai demostró todo su potencial de apoyo vocal cantando algunas frases, y es que si hay algo que realmente me emocionó del show fue una camaradería grupal que fingida, o no, se contagió en todo momento a un público que a estas alturas de la noche estaba plenamente maravillado y cumpliendo el ansiado sueño…mucho más allá de lo que cualquiera pudiese imaginar.
Por supuesto, me gustó el detalle de que continuasen incluyendo temas de Master Of The Rings en el set, y Perfect Getleman fue un momento especial, como siempre lo ha sido en las giras en las que no se había charlado de reunión. Kiske se animó poco antes de finalizar la canción para acompañar a un Deris que creo sinceramente, estaba teniendo su mejor noche en décadas. Un vocalista que siempre me pareció brillante, y que hoy superaba todas las expectativas de aquellos más escépticos que se creían aquello de que el nuevo de Helloween no da la talla. Ja, ja..y ja. Andi Deris convenció a todos y se convirtió en el gran triunfador de la noche.
Cuando comenzaron a proyectarse imágenes de Walls Of Jericho tras el bonito marco digital, y Kai se puso en primera línea de batalla, se creó uno de los momentos más sublimes y nostálgicos de la noche, pues tendríamos sesión de Hansen a la voz interpretando un trabajadísimo medley compuesto por temas del primer y salvaje disco de la banda y el famoso primer ep, comprendido por ”Starlight”, ”Ride The Sky”, ”Judas” y ”Heavy Metal Is The Law”. Puedo asegurar que jamás había escuchado las guitarras de estos temas sonar como esta noche, y que fue el mejor de los homenajes a los inicios de la banda. Emocionante ver a un Hansen que a pesar de sus carencias vocales, puso toda la carne en el asador y se despachó una ametralladora de clásicos que nadie que no hubiese mirado el setlist antes podría llegar a esperar. Impresionante y delirante. Pocas veces en un concierto he vivido un cúmulo de sensaciones tan variadas y placenteras, tanto por actitud, como por el apartado visual, sonido o de luces…todo estaba transcurriendo con una emoción a flor de piel, tanto por parte del público, como de la banda.
Continuaron el set con un precioso ”Forever & One” a dúo entre los dos ases de vocalistas, para, entre bromas (en castellano) y buenas maneras, llegar a un ”A Tale Wasn’t Right” emotivo y perfectamente ejecutado por las cuerdas vocales de un Kiske que aunque todos sabíamos que sufría en algunas partes por las secuelas de su reciente enfermedad, lo dio absolutamente todo en las tablas, poniendo un sentimiento extra y absoluto a cada frase que cantó, llegando a ”I Can”, única representación del soberbio Better Than Raw (por Deris), y ya un clásico de su set, que fue la antesala para un precioso homenaje a Ingo Schwichtenberg, sentido a la par que original, proyectando un solo de batería del fallecido compañero y reproduciéndolo debajo, acompañándolo, un Dani Löble inconmensurable…inmenso. Un bonito momento que sirvió para respirar a sus compañeros, y coger fuerzas para un final apoteósico, que cada vez más cerca, amenazaba con terminar un show de semejante calidad.
Deris se encargó, el solito, de ofrecernos otro momento destacable compuesto por tres temas de su época noventera en la banda con ”Why?”, la espectacular ”Soul Survivor” y ”Power”, todas ellas contando con unas proyecciones de una calidad inmensa y siempre intercalándose con la serie de dibujos de nuestros colegas pumpkins, Seth y Doc, quienes nos arrancaron unas cuantas sonrisas. No tantas como un ”How Many Tears” en la que los tres vocalistas se liaron la manta a la cabeza, descargando una tormenta de puro speed metal alemán tan bien ejecutado como poderoso y vibrante.
”Invitation” nos puso los pelos como clavos, para recibir un ”Eagle Fly Free” en el que Kiske se salió en todos los aspectos, bordando el tema a pesar de su notable cansancio y de ser este uno de los temas que más dificultad podrían suponerle. Salió airoso y nos hizo vivir pura magia helloweeniana, destacando además la parte visual de la pantalla, impresionante a cada segundo. Por supuesto cayó un ”Keeper Of The Seven Keys” que Sascha alargó hasta el infinito, pero que supuso una vuelta al pasado para muchos, y que se vio renovado y magistralmente ejecutado en todos los ámbitos. Desde el vocal por Deris y Kiske, al instrumental por parte de todos y cada uno de los componentes de la agrupación…sublime!.
Con efecto matamoscas en la pantalla en efecto “3d” al finalizar un punteo, y el clásico inicio por parte de Kai, cayó ”Future World”, festivo, lleno de energía tras casi 3 horas de show, y avecinando un final de fiesta apoteósico con un ”I Want Out” cargado de buen rollo en escena, y con un público loco por tocar los globos gigantescos que abarrotaron todo el Wizink Center, poniendo el broche de oro macizo a un concierto al que no le faltó de nada.
Cuando todo acabó, creo que muchos tuvimos que reflexionar seriamente sobre lo que acabábamos de ver, y sólo se escuchaban comentarios positivos acompañados de la sensación de haber asistido a algo tan histórico como inolvidable, que por una parte, te alegra y llena de felicidad haber presenciado, pero por otra, te da rabia el sólo hecho de pensar en que ha terminado. 3 horas, que si hubiesen sido 8, no hubiese importado, porque aunque los sueños, sueños son, Helloween nos hicieron creer que a veces se pueden cumplir. Increíble noche que jamás olvidaremos.
El mejor concierto del año…y seguramente, uno de los mejores de nuestras vidas.
Crónica y fotografías: José Rojo
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