BLACK ICE + IRON MAÑOS - SALA ÓXIDO (GUADALAJARA 10/03/2017)
¿Por qué se cuestiona tanto a aquellos músicos que deciden estudiar a los dinosaurios del rock y llevar a las tablas sus temas una vez más?. No se me ocurre nada mejor para empezar la crónica después de disfrutar del conciertazo que nos zampamos el pasado Viernes 10 de Marzo en la Sala Óxido de Guadalajara. En estos tiempos que corren, en los que los más grandes están más cerca que lejos de retirarse o desaparecer (aunque nos pese la idea, todo sea relatado), y en los que el músico nacional no se puede ganar el pan con sus temas propios por una falta evidente de apoyo, sabe a plena gloria que en una ciudad como en la que nos hallábamos descargasen un par de agrupaciones que nos saquen de la plena monotonía que ofrece una urbe que sin la sala en la que nos encontrábamos y alguna que otra excepción (que se suele dar pocas veces a la década), no entendería lo que es disfrutar de rock n roll asiduamente. Es más, me atrevo a afirmar que si no fuese por el citado local, rockeramente hablando, Guadalajara hace ya mucho tiempo que estaría obsoleta y huérfana. Pero ya nos quedó claro que no es así, al menos para los pocos presentes que nos juntamos en los bajos “de Guada” a presenciar el gigantesco recital que Iron Maños y Black Ice iban a dejarnos. Y sí…lo digo con toda la convicción del mundo. Fue una noche de bandas tributo, y fue todo un BOLAZO, lleno de buen rollo, heavy metal y rock n roll.
Para empezar, encontramos a unos Iron Maños que sin imitar en absoluto el atrezo de la doncella, y mucho menos calcar la indumentaria de la banda original, bordaron cada una de las notas de los temas que descargaron, gozando de un buen sonido y haciendo vibrar allí a los presentes (incluidos algunos amigos del Maiden FC Spain, a los que les mando un abrazo desde estas líneas), incluyendo además a uno de los que para servidor es uno de los mejores Dickinson's marca Hacendado que he visto sobre las tablas (disculpad por la bromita, pero tenía que soltarla). Llegó a cada una de las notas en pesos pesados como Aces High, la soberbia Children Of The Damned o la estremecedora Moonchild, que sonó de escándalo es sus duelos guitarrísticos. Todo acorde, algún error de coordinación puntual, pero en su conjunto, no hubo mucho margen de error tratándose de los temazos que se estaban amasando sobre el escenario. E incluso se atrevieron con el sonido más criticado en el 86 de un Wasted Years que descargaron con gran acierto y respetando de un modo fidedigno todos cada uno de los rincones de la composición.
Eché en falta un par de cosas. Una fue la incursión de más temas de Di’ Anno en el setlist, así como alguno de la etapa en la que Blaze Bayley era el frontman que escudaba al señor Harris, que por cierto, todavía valoro a día de hoy como un gran puente para lo que vendría después. Tampoco cayeron temas de su etapa post-Brave New World, en la que considero hay auténticos himnos. Pero como no llueve a gusto de todos, y tenían que contentar a los escasos fieles que allí estábamos, quizás hicieron bien repasando un “Greatest Hits” en su sentido más estricto de la palabra, porque teniendo en cuenta que en cuanto a interpretación y nivel técnico estuvieron de notable alto, a lo mejor debería dejarme las exigencias para otro momento, pues se marcaron un buen recital que se dejó disfrutar en todo momento.
La sombra de Iron Maiden desaparecía de escena y saltaban los maños Black Ice. Stiff Upper Lip es un nombre que lo dice todo. Sobran las presentaciones…si AC/DC suena, el pié se mueve, tu cerebro conecta automáticamente con el y la electricidad te posee de arriba a abajo. No hay duda, son sus compases, y como yo soy de los que piensan lo de “AC/DC hacen rock y el resto hacen lo que pueden”, ya estaba ganado mi corazón para continuar hasta donde hiciese falta. Pero, ¿no son AC/DC de verdad?. Joder…pensaba que Angus y Malcolm se habían decidido a pisar un escenario pequeño. Ah no!!!. Aquí si hay caracterizaciones, movimientos estudiados, un vocalista que es un torbellino que arrasa la sala cada vez que se menea, y una calidad musical IMPRESIONANTE. Vamos…que no hubo mejor manera de prescindir de los australianos originales. A falta de pan, buenos son Black Ice, y así lo dejaron bien patente con su enorme show, en el que no faltó sriptease en T.N.T. por parte de su particular Angus, interactuaron con el público, bajaron de las tablas, rockearon con los parroquianos, y ofrecieron un listado de temas de escándalo. A ver quien es el chulo que se empana con trallazos como Whola Lotta Rosie, Dirty Deeds y todos esos clásicos que no nombraré (los de siempre...¿para qué?) pero que todos tenemos grabados a fuego en nuestro tímpano y mucho más adentro. Todos ellos interpretados con una energía, profesionalidad y fidelidad absolutas. No hubo tiempo para el descanso, e incluso a las 2:00 largas, sonando los cañonazos de For Those About To Rock (We Salute You), todavía seguía con ganas de mucho más. Y eso, amigos míos, no me ocurre siempre cuando los que tengo frente a mí no son los originales. Esa sensación se produce cuando cierras los ojos y el sentimiento que te asalta se asemeje a cuando disfrutas los clásicos de verdad, algo que Iron Maños y Black Ice lograron con creces, sorprendiendo, y haciendo que un Viernes noche de Guadalajara sienta la electricidad de las guitarras a todo volúmen.
Yo repito. Más barato que ir al Calderón, en Guada, en una sala acogedora como es Óxido, y sin tener que pagar barbaridades por ver clásicos…o ¿acaso no son los AC/DC con Axel una banda de versiones?. Con más dinero y menos ganas, eso seguro.
Crónica y fotos: José Rojo.
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