SAUROM - LA RIVIERA (MADRID 03/06/2016)
Cuando empiezas a hacer una crónica tienes que mentalizarte de que lo que tus ojos y oído han captado dejan un fiel reflejo de lo que viviste en el evento que estás cubriendo, y por supuesto, intentar ser lo más fidedigno y respetuoso con aquel que lee el artículo, además de tratar de ser imparcial. Pero en el caso que me ocupa, no me da la gana...no voy a pensar en nadie, voy a limitarme a dejar volar los sentimientos hacia lo que viví en la noche MÁGICA que los gaditanos Saurom ofrecieron en La Riviera, gran sala que vio como cerca de los 1000 asistentes presenciaban el 20 aniversario de una de las agrupaciones más profesionales y especiales de nuestro rock. Y no es algo que afirme yo, que también, sino que así se demostraba a través del cúmulo de gente en los alrededores y puerta de la sala desde muy temprano.
La noche pintaba muy bien, sin teloneros, sólo ellos, un espectáculo preparado especialmente para la ocasión, nosotros y la ilusión. Y un aura que flotaba en el aire increíble, algo que se pudo oler desde el foso, con el griterío, desde el minuto uno. Había muchas ganas de Saurom, Vida y Sueños, sus dos últimos discos de estudio, han calado mucho y muy profundo en nuestros oídos...y se nota. Mucha juventud, que junto con unos cuantos viejos acompañantes de juglaría, gente que ya tenía sus canas, miraban al escenario expectantes y deseosos de ver a la banda. Con una gran pantalla y dos telones dedicados a Juglarmetal y Sombras del Este, la máquina de fabricar buenas vibraciones se ponía en marcha con la intro Camino a las Estrellas, para dar paso a Maryam con un potentísimo Irae Dei. Pelos como escarpias, público volcado y polvo de hada...Narci, con sus correspondientes atuendos medievales, preside la ceremonia al son de La Leyenda de Gambrinus, tema ya inmortal de su Vida obligado en el set. Todos cantando, un sonido nítido y una puesta en escena estupenda nos llevarían a otro tiempo...otro lugar. La química entre toda la formación fue espectacular en todo momento durante las dos horas y medias que duró el show, todo ello rodeado de confeti, globos, humo disparado, malabaristas, zancudos, invitados...impresionante despliegue el que canción a canción nos hizo disfrutar de una noche única. Cambia el Mundo ya es todo un himno que Miguel Ángel Franco defiende con una solvencia absoluta, y es que es, sin duda, uno de los frontman con más duende que he visto sobre las tablas. Una conexión única con su público y aportando un feeling despampanante. De su voz sobra decir que en directo es todo un vendaval y que en ningún momento del show flaqueó, sino más bien todo lo contrario. Fue creciendo hasta meternos en harina hasta las cejas.
Pero los sueños, sueños son, y como todos nos traíamos la lección aprendida de casa, se dió cancha a un último trabajo que tuvo una grandísima presencia en el repertorio como era de esperar. Músico de Calle, Náufrago y Memorias de un Héroe ponían de manifiesto que la MAGIA es uno de los adjetivos de las nuevas composiciones de Saurom. Todos y cada uno de los coros y sonoridades del álbum fueron posibles a través de un tesón y musicalidad absolutas que se vieron respaldadas por diversas colaboraciones que hicieron posible que la experiencia fuese completa. Josele no paraba de moverse de un sitio a otro con su bajo tuneado con pegatinas coloridas y llenas de purpurina, mientras que Raúl nos daba toda una lección de como estar con las cuerdas sobre un escenario. De Antonio sobra decir que llevó el ritmo de la batería a un muy buen nivel durante todo el concierto, y que su pegada fue gran protagonista para que todo saliese perfecto. Sonó El Hada y la Luna y todo el pescado estaba vendido...si esto seguía así, la noche iba a ser memorable. El Monte de las Ánimas de su espectacular Once Romances sonó como nunca, y el público estaba ya en el bolsillo de un Miguel emocionado, transmisor de sentimientos y que se mostró feliz de estar frente a nosotros esta noche. Cayó la preciosa El Monte de las Hadas junto a Julia Medina, momento especial cuanto menos, y emotivo como el que más, para dar paso a Vida, álbum que como se demostró en Madrid, es uno de los favoritos del público con diferencia.
No faltaron clásicos, uno tras otro, desprendiendo un aroma folk/medieval que pocas veces he visto representado así, encima de un escenario. Gaitas, violines, teclados de ensueño...todo medido, y todo muy bien construído para la ocasión, que nos dejó temas como El Saltimbanqui, rememorando sus primeros tiempos, aquellos en los que El Guardián de las Melodías Perdidas estaba en boca de todos, invitando además a José Antonio a subir a escena, antiguo bajista de la banda, por si alguno estaba perdido con su persona. La Batalla de los Cueros de Vino fue toda una fiesta del mejor modo en que se puede vivir. Con videoclips y toda una quedada juglar rodeando a los gaditanos fueron cayendo, uno a uno, clásicos imperecederos de la agrupación. Dalia, La Mujer Dormida, La Posada del Poney Pisador o Sueños Perdidos fueron hilo conductor hacia el mejor tramo del show, que comenzó con Vida, una pócima invencible en sus conciertos, que todo el mundo cantó a pleno pulmón, acompañado de una preciosa La Musa y el Espíritu ya pasada la hora y media de concierto, para llegar a Soñando Contigo, y la que para servidor es una de las canciones más especiales de su último disco, El Carnaval del Diablo, en la que La Riviera se tiñó de rojo para vivir un momento empapado de polvo "maléfico". Paz por supuesto, ya nos anunciaba un final próximo a través de su preciosa melodía. y con el público gritando cada una de sus preciosas estrofas, mientras que la orgía festiva continuó viva hasta el final con El Círculo Juglar (creándose un magnífico ambiente en las primeras filas), Fiesta, y la ya obligada La Taberna. Incluso tuvieron tiempo de tirarse todos por el suelo a patalear y hacérnoslo pasar en grande, y así despedir la velada con Más Allá Del Sendero Dorado, una perfecta outro que invocó el griterío del público pidiendo más, arrancando a nuestro chicos un bis a modo de un espectacular Dracum Nocte, tras el que se despidieron con gran emoción.
Impresionante banda, impresionante puesta en escena y lo mejor...impresionante recuerdo el que nos dejaron Saurom en un show que lo tuvo todo. Buen sonido, una banda entregadísima, un setlist equilibrado y un público que sabe valorar el cariño con el que la formación crea todo...por, y para ellos. Por ese motivo, creo que el concierto que ofrecieron en la capital el pasado 3 de Junio debería servir para abrirles el camino que se merecen y que en ningún momento apareció de la nada. Y en lo personal, cuento las horas para poder disfrutar otra vez de sus enormes canciones y melodías.
En resúmen...INMENSOS SAUROM!.
Crónica y fotografías: José Rojo.
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