LOS SUAVES - MADRID (LA RIVIERA 22/11/2013)
“La vida es solo un segundo en el reloj de Dios” se encarga de recordarnos Yosi cada noche en los conciertos de Los Suaves desde que se publicó la mítica canción “Hendrix” allá por el año 1994, la vida es solo un segundo, y 30 años son mucho y no son nada, y tras 30 años nos encontramos a Los Suaves más en forma que nunca en la sala La Riviera de Madrid, el pasado sábado 22 de Noviembre en la recta final de esta su gira de los 1000 conciertos, demostrándonos una vez más que quien quiera enterrarles no tiene argumentos, y es que, es impresionante ver de nuevo sonrisas, brillo en los ojos y tanta ilusión en los miembros de una banda que lleva girando 30 años y a la que ya tantos daban por desahuciada, después de unos años en los que los propios miembros del grupo parecía que no sabían qué hacer para levantarse, pero la reacción correcta llegó, y encontraron el chispazo que necesitaban para devolverle a la gente que siempre estuvimos de su lado lo que todos deseábamos, que el nombre de Los Suaves vuelva a estar en la cima de los grupos de rock nacional con todas las de la ley, para no volver moverse de ahí nunca más.
Y es que esta reacción llegó hace unos 3 años ya, de la mano de ese gran disco que la banda decidió llamar “Adios, Adios”, pero la evolución desde ese día puede apreciarse en cada concierto, y así lo demostraron en Madrid una vez más, donde pudimos encontrarnos con unos Suaves que suenan como una apisonadora, demostrando lo grandísimos músicos que son y con un Yosi totalmente centrado, y actuando como auténtico maestro de ceremonias, cantando cada tema y manteniendo animado al público durante los más de 2 horas de concierto que nos ofrecieron.
Tras un rato de espera y mientras los fotógrafos entrábamos al foso comenzó a sonar como siempre su eterna Intro, un fragmento de “Les préludes” de Liszt, y enseguida saltaron al escenario arrancando con “Preparados para el rock & roll” toda una declaración de intenciones del grupo ante lo que se nos venía encima esa noche. Continuaron con “Cuando los sueños se van” siendo este tema el único de su último disco que interpretaron, porque hay que recordar, que en esta gira han recuperado un puñado de temas clásicos que hace años que no tocaban en directo, para delicia de los fans más jóvenes, que no habían tenido la oportunidad de disfrutar de algunos de ellos en directo, y para alimentar la nostalgia de sus fans más antiguos. El concierto siguió con “Palabras para Julia” poniendo música una noche más al precioso poema de José Agustín Goytisolo, y continuó con “Maldita sea mi suerte” y “Si pudiera”, temas cuyas letras siempre conectan con el público y hacen poner la piel de gallina a más de uno, (y es que aún no puedo entender que Yosi nunca aparezca en las listas de los mejores letristas de este país, en las que siempre aparecen los mismos), les siguieron “Una ciudad llamada perdición”, recuperada para la ocasión, la grandísima “Por una vez en la vida”(otro gran ejemplo de lo que comentaba del tema de las letras) y “Viajando al fin de la noche” (tema que da título al documental que acompaña su último trabajo en directo, grabado durante esta “gira de los 1000 conciertos”, en el que se hace un repaso a la trayectoria del grupo por parte de los fans, amigos, técnicos, ex componentes y actuales miembros de la banda).
La fiesta siguió con “¿Sabes? Phil Lynott murió” , “Mártires del rock & roll”, “No puedo dejar el rock” y “Malas noticias” y digo fiesta porque es lo que estábamos viviendo a estas alturas de la noche, con un grupo totalmente entregado, con Alberto y Fernando demostrándonos lo grandísimos guitarristas que son por separado pero aún más desde que están juntos, una base rítmica demoledora y totalmente empastada por parte de Tino y Charly, y un público extasiado, que no paraba de corear las canciones y animar a la banda.
Y tras estos cuatro trallazos, llegaba el momento de poner un poco de pausa y darnos otro momento emotivo y melancólico de los que solo Los suaves saben transmitir con “Pardao” con un Yosi acústica en mano, haciéndonos sentir la canción en nuestras propias carnes, el siguiente tema fue “Si te atreves a nacer”, una joya de tema de los que tenemos la suerte de que hayan recuperado para el directo, que fue presentado por Yosi como El tema más triste que jamás escribí. Tras esto les tocó el turno a “Cuando la música termina” otro de los temas recién sacados del baúl de los antiguos tesoros, y “Dulce castigo”, y sin darnos cuenta ya estaba aquí “Dolores se llamaba Lola” provocando la explosión absoluta del público, momento que aprovecharon como siempre para hermanar frente al micro las banderas gallega, madrileña, y por supuesto la de Los suaves.
A continuación llegó el momento de reivindicar su tierra, tierra que ya nos han hecho sentir como propia, como siempre, como abanderados desde sus inicios de Galicia y por supuesto de su Ourense natal, con el sonido del tren que llegó para dar paso a “San Francisco Express” y “El afilador” finalizando con el ya tradicional Himno Galego, interpretado por Alberto Cereijo con la bandera de Galicia reposando sobre el mástil de su guitarra.
El final se acercaba y no era por ganas de de que terminase, ni por parte de la banda ni de la gente, que no se cansaba de saltar y cantar los temas que les llevan acompañando toda la vida, y es que ya se sabe, como reza en alguna pancarta en los conciertos de Los suaves, Si la vida tuviera B.S.O sería de Los suaves y como ejemplo de ello tocaron “Peligrosa María” (canción que suena en cada fiesta que se precie) y como primera despedida, el tema que ya lleva tiempo ocupando el mismo lugar, “Ya nos vamos”.
La banda salió a saludar y tras un brevísimo descanso remataron la noche con “Mi casa” el tema que mejor representa la vida de un músico de rock que jamás se haya escrito, entre baños de confeti propinados por parte de Yosi al resto de sus compañeros, y por último con “La noche se muere” finalizando como siempre con esa parte instrumental en la que van aumentando el tempo y demostrando tanto Tino, Charly, Fernando, y sobre todo Alberto Cereijo (que se marcó un solo, como siempre, no apto para cardiacos) sus enormes cualidades como músicos.
Y eso fue todo, Los suaves se despidieron de su gente en Madrid con la outro instrumental “Dios es suave”, dejando el nombre de la banda en lo más alto con letras de oro, demostrando que tienen cuerda para rato.
Tras el último acorde se podía palpar el nerviosismo en la gente, por un lado excitados y exaltados tras el estupendo concierto que acabábamos de presenciar, y por otro preocupados por ciertos comentarios de Yosi, pensando en que quizá esta pudiera ser la última vez que les veamos en Madrid, sinceramente no lo creo, la banda está más viva que nunca, pero en cualquier caso, mis sensaciones son positivas, después de tantos años siguiendo a Los suaves he podido comprobar como han resurgido de sus cenizas y han sido capaces a pesar de las adversidades del pasado, volver a demostrar lo que son sobre un escenario, una de las bandas más grandes de rock que ha habido y habrá en este país, espero que sigan dándonos muchas más alegrías, pero si deciden parar, nos habrán regalado un último concierto en la capital de ensueño, con lo que yo solo puedo decirles una cosa, GRACIAS.
Texto y Fotos: Javier Gil Ruiz
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