BRING ME THE HORIZON + PIERCE THE VEIL + SIGHTS & SOUNDS- 17/11/2013 Sala Bikini, Barcelona
El pasado domingo 17 asistimos a uno de los conciertos más esperados del año. Los británicos BRING ME THE HORIZON venían a presentar su obra maestra “Sempiternal”, con el que han conseguido dar un salto cualitativo realmente importante, recibiendo muy buenas críticas en muchos países.
La expectación era enorme, habiendo colgado el cartel de “no quedan entradas” con más de un mes de antelación, cosa que creemos pilló por sorpresa hasta los propios organizadores del evento.
La noche se preveía intensa pero el clima no acompañaba en absoluto, con un más que intenso diluvio que continuó toda la noche. Por este motivo pensamos que quizás se rebajaría el aforo, ya que conducir con tal lluvia se nos hizo complicado y hasta peligroso para los miembros de la redacción de MetalZone. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando llegamos a la sala, la cola para acceder era realmente larga y una vez dentro, la sala tenía estaba casi repleta al tiempo que tocaba el primero de los grupos que abrirían a los ingleses.
Sobre el escenario, los canadienses SIGHTS & SOUNDS ,con un estilo algo más suave que lo que escucharíamos a continuación, con toques más tirando a pop-rock, algo atmosférico que no terminó de conectar con el público, el cual estaba realmente entregado y con ganas de fiesta.
Hubo momentos en los que parecía que arrancarían con algo de intensidad, pero sería un mero espejismo que duraría algunos segundos. Aún así, los asistentes los alentaban y aplaudían constantemente. Personalmente creo que no era una banda que estuviese a la altura de las siguientes e incluso quizás algo suave para el público que ahí se había reunido.
Los siguientes en saltar al escenario serían los norteamericanos PIERCE THE VEIL, que después de 2 años volvían a Barcelona a presentar su último disco y a calentar el ambiente en esta noche tan fría y pasada por agua. Como era de esperar, los de San Diego salieron con mucha energía y a por todas, con un público 100% entregado y coreando gran parte de los estribillos con la banda. Arrancaron con “Bulls in the Bronx”, centrando gran parte de su actuación en su último álbum “Collide with the Sky”, con temas como "King for a Day", "Hell Above" o “Hold On Till May”, sin faltar alguno de sus hits como “Caraphernelia”.
Plantearon un concierto de lo más dinámico, donde tanto su bajista Jaime Preciado como el segundo guitarrista Tony Perry se pasaron prácticamente todo el concierto sobre las tarimas, dando saltos y animando al público mientras que su guitarrista y cantante principal, Vic Fuentes, hacía lo propio desde su posición central sin que ellos le supusiera un problema para desplazarse a buscar los distintos rincones del escenario, dejando de tocar la guitarra a veces, cogiendo el micrófono y llevándoselo consigo donde necesitase.
Buena entrega sobre el escenario bien acompañada por un público que se veía con ganas, a pesar de un intento fallido por parte del cantante de que realizaran un circle pit, ya que si bien el público estaba con ellos al 100%, estaba claro que la mayoría estaban ahí por los británicos y ninguno quería perder su sitio en la sala.
Cabe destacar que gran parte de los seguidores de dicha banda era un público femenino, a juzgar por los gritos ensordecedores de las fans en los estribillos.
Era la hora de la verdad y lo que todos estábamos esperando. Tras una pequeña espera con música de ambiente, se hizo la oscuridad y con ella el silencio previo a la tormenta. Uno a uno fueron apareciendo sobre el escenario mientras sonaba una intro electrónica que daría paso a “Can You Feel My Heart”, canción que encabeza su último disco y con la que desatarían a un público ávido de metalcore. Con un lleno absoluto, la totalidad de la sala comenzó a cantar al unísono junto a su cantante Oliver Sykes, tanto que hasta muchas veces llegaría a ocultar la voz del propio vocalista, y no porque cantase flojo o mal, sino porque los fans estuvieron sencillamente impresionantes. Muy conocedores de la “bestia” que habían creado, los de Sheffield basarían gran parte de su concierto en su último disco, con canciones como “Shadow Moses”, “Go To Hell, For Heaven’s Sake”, “And the Snakes Start to Sing” o “Empire (Let Them Sing)”.El único bajón de intensidad vino con la balada “Deathbeds”, que sirvió para tomar un poco de descanso entre tanto salto y desenfreno.
Traían una iluminación trasera espectacular, creada para jugar con las siluetas de los músicos, con mucho destello y luces cegadoras (impresionante para el público aunque no tanto para los fotógrafos). El escenario estaba dividido en 2 zonas: la delantera, en la que se movería los guitarristas, bajista y cantante, y una zona trasera colonizada por 2 grandes plataformas en las que se ubicarían la batería de Matt Nicholls y los teclados y percusión de Jordan Fish, los cuales, si bien en un estratégico segundo plano, serían junto a Sykes quienes llevarían la mayor carga de intensidad del concierto, aunque Oliver Sykes se basta por si sólo para llenar un escenario, buscando (y consiguiendo) una complicidad con el público constante hasta el punto de irse a la misma valla de seguridad a cantar “sobre” el público y con una garra tremenda. Tampoco pudo faltar diversos circle pits e incluso algún “wall of death” bajo la petición de Sykes, y es que todo el público asistente estaba ahí por ellos, ¿cómo decirle que no a sus peticiones?
Pero no sólo hay que destacar la puesta en escena de la banda sino que al mismo tiempo vinieron acompañados de un sonido magistral. Los sintetizadores y electrónica ayudaban enormemente a mimetizar el sonido del disco mientras que el propio Sykes clavaba cada registro, tanto en las voces rasgadas como en las voces limpias.
No pudieron faltar ninguno de sus clásicos como “Chelsea Smile” o “It Never Ends”, con los que literalmente se vino arriba la sala, o “Blessed With a Curse” y “Sleepwalking”, bises con las que cerrarían tras un falso final y que conseguirían uno de los cierres más impresionantes que he visto en mucho tiempo, con la totalidad de la sala cantando hasta incluso después de haber terminado la canción.
Impresionante concierto, tanto por parte de la banda, que ha demostrado ser una de las más importantes y profesionales del metalcore actual, como por parte de un público que se merece el mayor de mis respetos. Chapeau!
Crónica y fotos: Frank White
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