BARÓN ROJO - REUNIÓN 30/01/2010
Increíble. La única manera de poder definir con una palabra lo que sentimos, vivimos y disfrutamos el pasado Sábado en la Riviera madrileña.
Allí estábamos, a las 8 de la tarde…ya era hora, y es que íbamos a poder asistir al que para muchos era el momento más esperado musicalmente hablando en sus vidas, desde hace unos cuantos años, es decir, ver sobre un mismo escenario a Armando, Carlos, Sherpa y Hermes. Nunca olvidaré el ambiente pre-concierto que allí se vivía. Todo el mundo gritando acompañando con palmas “Barón, Barón!”. Ni con Whitesnake, W.A.S.P., ni ninguna otra banda servidor ha visto tal entrega y ambientazo como los que se auguraban esta noche.
Aún recuerdo las declaraciones que los propios Sherpa y Carlos respectivamente hicieron en dos entrevistas separadas que servidor pudo realizarles cuando todavía “soltaban pestes” los unos de los otros, pero, fuera como fuere, el momento había llegado, ya fuese por dinero, por satisfacer a los fans, o quizá ambas cosas…nos daba igual, ¿o acaso bandas como Judas Priest no podrían haberse reunido con fines lucrativos?. La música manda, y es lo que pudimos ver en La Riviera hasta que nos acercamos a sus puertas.
Sin teloneros, con un escenario muy sobrio, un equipo de luces discreto y una gran pantalla adornaban el escenario. Así se presentarían los Barones tras tantos y tantos años sin tocar juntos sobre un entablado (a excepción de la corta actuación de Metalway, algo que debió servir como calentamiento), discretos pero efectivos en cuanto a espectáculo…y ¿qué más da si era La Riviera, La Cubierta o las santísimas Ventas?. A nadie pareció importarle unos minutos antes del concierto la ubicación donde se iba a asentar el concierto. Solo importaba una cosa, que incluso se puede nombrar con una palabra…BARÓN.
Las 20:00 h, y se apagaron las luces…el griterío in crescendo, podía dejarte sordo por momentos, y la euforia se apoderó de todos los asistentes cuando en la pantalla se ilumina el logo de Barón Rojo y comienzan a sonar las primeras notas de Concierto para ellos. ALUCINANTE…sin palabras, el vello de punta, pero ahí podíamos escuchar el punteo inicial por parte de Armando, y cuando por fin rompe el tema, aquello parecía ser el verdadero edén. El público era feliz cantando aquello de “pos Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonhan, Brian y Moon” de un modo realmente atronador, como ya digo, servidor nunca ha vivido en esta concreta sala. La conexión entre la banda era plenamente perfecta, Armando parecía haber rejuvenecido unos 20 años, y Carlos parecía esforzarse mucho más que de lo habitual. Sherpa impecable, y Hermes siendo el metrónomo que siempre ha sido tras los parches.
Tierra de vándalos fue la siguiente en caer, y aunque la euforia se calmó, se comenzaron a ver caras con la lágrima a puntito de caer, al igual que en Campo de concentración, donde el sonido de la banda ya estaba plenamente asentado, y la gente en un verdadero éxtasis que no terminaría hasta que finalizasen las 2 horas y 45 minutos de show. Volvió la locura colectiva con un Las Flores del Mal realmente emotiva, con un Armando encauzando uno de los riffs más entrañables del rock patrio. La anotación más curiosa de la noche podría asignarse a la voz de Carlos tanto en coros como en sus partes cantadas, y esque sonó muy por encima de lo que generalmente lo hace…es de suponer que un concierto así no sólo resulta un subidón para el que está abajo, sino también para el que se encuentra arriba.
Ahora, era hora de ser “El malo”, y así fue…Metalmorfosis es uno de los discos más escuchados por los metalheads nacionales, y así demostraron en el tema, en el que prácticamente no se podía escuchar a la banda, que hasta el momento estaba sonando rozando un notable más que alto. Hermano del Rock & Roll fue toda una declaración de intenciones, como siempre lo fue, pero con un sentimiento añadido que hacía mucho no experimentaba el tema. Los Barones realmente nos hicieron sentirnos hermanos, al menos en lo que a cantar todos juntos un estribillo se refiere…de nuevo, flamante. Fueron cayendo temas, y todos y cada uno de ellos con la letra repetida por el público medida al milímetro como Se escapa el tiempo o Buenos Aires, pero en Satánico Plan (Volumen Brutal) el público duplicó su entrega. Sherpa, como no podía ser de otra manera, no paró de lanzar discursos llenos de simpatía, mientras el personal se volvía loco y cada vez era más fácil divisar alguna cara a punto de llorar emocionada.
Repasaron todos y cada uno de sus discos míticos, incluyendo imágenes acordes con el tema representado en la pantalla, algo que adornó lo suficientemente bien el escenario para la situación. Son como hormigas, Rockero indomable (con una introducción declarando ideales de Sherpa), Caso perdido…no dábamos crédito del set que estaban interpretando, más si contamos con que no incluyeron nada de la segunda etapa de la banda, es decir, la etapa de los altibajos.
Si hay un instrumental a parte de Efluvios que pone la piel de pollo, ese es El Barón vuela sobre Inglaterra, que como bien dijo nuestro amigo Campuzano, esta noche voló sobre Madrid, y de que modo. Todavía quedaba traca para un rato y rozábamos las dos horas de concierto, con un público indestructible, y sencillamente incansable que siguió coreando la genial Breakthoven, con el estribillo realmente glorificado por el personal, y otra traca compuesta por Larga vida al rock & roll, Con botas sucias, la impresionante Hijos de caín (que placer ver el clásico cantado por Sherpa de nuevo, sin desmerecer el trabajo anterior de Carlos, claro está), y Cuerdas de acero en la que se notó el acero de Armando rugir bajo sus dedos más que nunca.
Los rockeros van al infierno, y orgullosos que estaremos de ello después de vivir el tema esta noche…realmente devastadora, en la que al gentío no se le escapó ni una sola palabra de la letra. Impresionante…para seguir con Barón Rojo, un tema cuanto menos hímnico y representativo, que la gente cantó con cierto cariño.
Para acabar el recital pudimos disfrutar de un endurecido Efluvios, la inmortal Resistiré, en la que el ruido de ambiente era ensordecedor (acompañado de un espectacular solo de Armando con fragmentos de slide guitar), la imperecedera Incomunicación, tema que abrí el Volumen Brutal y que hoy serviría para dar paso a los últimos temas como la emotiva Siempre estáis allí, Los desertores del rock, y para dar carpetazo, un temazo del Metalmorfosis como Casi me mato.
Ni una mala mirada, ni un mal rollo…todo emoción, calidad, nostalgia y griterío. Uno de los conciertos que servidor y cualquiera que lo viviese, no olvidará en su vida. Un recital para narrar a los nietos…lo dicho. LARGA VIDA AL BARÓN.
Crónica y fotos: José Rojo.
[ Volver Atrás ]
Crónicas Copyright © por WWW.METALZONE.BIZ - (1769 Lecturas) |