GRASPOP METAL MEETING 2008

DESSEL, BÉLGICA

VIERNES 27 DE JUNIO













Si te paras a pensar, Bélgica no está tan lejos de España, en avión tardamos desde Madrid apenas un par de horas. Lo que sí que dista de nosotros es la manera de organizar festivales de los belgas. He tenido el inmenso placer de poder asistir al mejor festival de Europa, y no me tiembla el pulso al decirlo, ya que el más mínimo de los detalles haría que se le cayera la cara de vergüenza al más pintado de los organizadores españoles, desde el primer metro cuadrado de entrada a la zona de acampada hasta la última valla del recinto de festivales.




JUEVES


Pero como toda buena historia, hemos de comenzar por el principio. Tras unas 12 horas de viaje entre carretera Córdoba – Madrid y esperas en el aeropuerto, aterrizamos en la ciudad holandesa de Eindhoven. Cuando pusimos el primer pie fuera del aeropuerto pudimos comprobar que todos los “tópicos” sobre Holanda son ciertos. Los interminables aparcamientos de bicicletas, los tulipanes y, por supuesto, los coffee shops están a la orden del día. Eindhoven es una ciudad preciosa, que todo el mundo debería visitar alguna vez.










ANALISIS PERSONAL SOBRE LA ORGANIZACIÓN Y EL RECINTO





A las seis de la tarde del jueves 28, aproximadamente llegamos a la localidad belga de Dessel, a poco más de treinta kilómetros de Eindhoven, y nos aproximamos a la inmensa cola que había antes de entrar en la zona de acampada, donde estaban controlando el acceso de la inmensa manada de heavies que, apostados a la entrada del camping, no sabían la cantidad de buen hacer que se iban a encontrar durante los tres días siguientes (Si, se que se me nota que he vuelto absolutamente encantado con el GRASPOP METAL MEETING).


Nada más acceder a la zona de acampada, que eran varias hectáreas de terreno verde y plano de césped mullido sobre el que montar la tienda, dispusimos un lugar para montar nuestro “campamento metalero andalú”.



El terreno era como arena de playa con césped, por lo que pinchar las picas para montar la tienda era tarea harto sencilla. El hecho de dormir también se agradecía en un terreno tan blando (no así un servidor y su nervio pinzado en la espalda), total, primer 10 para la organización (o primer 10 para el paisaje belga más bien). Una vez asentados, y mientras más de un español se comía las uñas nervioso por el resultado del España – Rusia de la EUROCOPA que se jugaba aquella noche, nos dispusimos a dar una vuelta por el recinto de acampada, que se encontraba completamente aislado de la zona de los conciertos y encerrado a medias entre zonas boscosas en la zona norte, y un polígono industrial que enlazaba con el pueblo en la zona sur.


La zona en la que nos encontrábamos era una especie de “Universo paralelo heavy” en el que había de todo para poder subsistir sin dificultad. Desde amplias zonas con servicios, que (otro punto a favor de la organización) NUNCA estaban sucios y SIEMPRE disponían de papel higiénico (no sé como lo hacían), pasando por una zona con duchas de agua caliente e hileras de lavabos donde poder acicalarte sin romperte mucho la cabeza. La parte de higiene del campamento para mí ya rozaba el sobresaliente.




Más adelante estaba el bar, no podía ser de otro modo, lleno de heavies sedientos de cerveza (entre los que me incluyo) disfrutando del néctar de dioses a PRECIOS POPULARES, tanto dentro como fuera del recinto del festival, una cerveza no superaba los 2 euros de precio (y cuantos más tickets compraras, más barato te salía). Evidenciando todo lo que los festivaleros españoles ya sabíamos, que sacarte los cuartos de manera tan desvergonzada en los festivales (hablo desde mi experiencia en el ELECTRIC FESTIVAL) es una manera de llenarse el bolsillo a costa de miles de personas que no tienen otro recurso más que el que tu le ofreces. En fin, las dos veces que he ido a festivales fuera de España, he podido comprobar cómo los precios de la comida y bebida es poco menos de un 50% más barato, si eso no es un robo…


Más adelante había, primera sorpresa y GRAN ACIERTO de la organización un CARREFOUR en el que comprar cualquier cosa básica para alimentarse o avituallarse (excepto bebidas alcohólicas) como pan, fruta, embutido, comida, una especie de barbacoas de un solo uso que dieron mucho de sí en el festival y miles de cosas mas. Esta pequeña tienda, con aforo para 40 personas salvó mucho la estancia de muchos de los que estábamos allí.



Al fondo del recinto de acampada se situaba el hospital de campaña, donde la cruz roja se posicionó durante los 5 días que duro abierto el recinto y que veló por la salud de todos los “Graspoppers” que allí nos concentramos.



También estaba la taquilla para comprar tickets, las cabinas para sellar la pulsera de entrada y una enorme carpa restaurante donde, también a muy buen precio, podías desayunar, comer, y cenar, ya que estaba abierto durante muchísimas horas al día, no estoy seguro si las 24.


Total, que nos acostamos felices y contentos (y hasta las orejas de comer) sabiendo que nos esperaban 3 días intensísimos de Metal del bueno.







































VIERNES





El viernes ya se respiraba metal en el ambiente. La gente seguía llegando y el horizonte ya no se divisaba verde como el día anterior. Miles de tiendas de campaña, algunas bestiales como tiendas del ejército, y banderas de mil y un colores ondeaban en la ciudad más heavy del mundo aquellos días. Mis acompañantes y yo nos pusimos en marcha hacia la zona de festivales por un sendero boscoso de unos 300 o 400 metros de longitud, calculo y por donde se podían encontrar más tiendas de comida y un bar que hizo su agosto literalmente aquellos días, encontrándose atestado de metalheads las 24 horas del día.





Entramos en el inmenso recinto de conciertos, absolutamente repleto de tiendas para comer cosas de todo tipo, kebabs, pizzas, cosas típicas de allí como los Fricandels etc… (si no conté 30, no había ninguna…) y beber, una zona de mercadillo donde se podía encontrar de todo, y cuando digo de todo, es de todo, (desde cuberterías hasta los famosos condones Manowar), tiendas de los patrocinadores, futbolines, otro mercadillo inmenso aparte… En fin, un minimundo heavy en el que me hubiera tirado viviendo (si tuviera pelas, eso si) toda mi vida.



Pero bueno, vamos a lo que nos atañe, porque 15 minutos después de llegar nosotros comenzaron a tocar TESLA. Los míticos rockeros americanos comenzaron a descargar cuando yo (y conmigo medio festival) intentaba conseguir tickets de bebida para protegernos del cruel sol que pegaba sin piedad sobre nuestras cabezas, por lo que no tengo de ellos muchos datos. Temas como “Love Song” o “Modern day cowboy” sonaron en la tarde belga en un show del que no pude empaparme tan bien como para relatároslo. Eso sí, el sonido del Main Stage era tan nítido que pudimos escuchar a los Norteamericanos desde todo lo lejos que estábamos a modo de hilo musical.




Estaba a punto de comenzar el primer concierto del que sí que me empapé bien. Y vaya comienzo señores, son solo tres personas pero son un torbellino sobre las tablas, me refiero, como no a BEHEMOTH, los grandísimos death metaleros polacos pasaron con poco tiempo de set por el Graspop pero dejando una dosis de caña inimaginable. Lo único malo, que tocar a la hora de la siesta como el que dice no anima mucho a la gente que de la típica fila de mosh pit para atrás estaba bastante apagado.


Nergal y sus huestes nos regalaron 40 minutos de death metal dándole un gran repaso a su última obra, “The Apostasy”, del que cayeron temas como “Prometherion”, “At the left hand ov God” o “Slaying the prophets ov Isa”. Por supuesto no faltaron temas icono de la banda como “Demigod”, “Antichristian Phenomenon” (dios como disfruté con ese tema) y“Decade of Therion”.



En definitiva, un paso breve pero intenso el de los polacos por el festival belga, que sirvió de pistoletazo de salida para dos cosas. La primera para el festival en sí, la segunda para la avalancha de death metal del viernes, que sin duda fue el día más bruto de todos y en el que los amantes de lo extremo disfrutamos como zagalillos en el país de las piruletas.



Cinco minutos más tardes, el genial guitarrista sueco Yngwie Malmsteen, comenzó a soltar notas en el escenario principal con su principal atractivo. El impresionante vocalista ex-Judas Priest, Ex – Iced Earth, Beyond Fear, etc… Tim “Ripper” Owens, el tío es impresionante, y atrajo a muchísimo público que normalmente solo conocería al genial guitarrista.


Pero lo de Lars Yngwie Johann Lannerbach Malmsteen es otro hablar. Qué maestría a las seis cuerdas demuestra, que desenvoltura, que… ¡¡Con razón estamos hablando de uno de los mejores guitarristas del planeta!! Es bueno hasta para hacer trizas su guitarra contra el suelo del Main Stage.



Tras los cincuenta minutos de concierto del maestro sueco, a la derecha del escenario principal, en el Marquee1, un escenario secundario ataviado con pantallas dadas las dimensiones de la carpa en la que se encontraba (que nadie confunda carpa con mal sonido, porque durante todo el festival y exceptuando algún que otro concierto el sonido fue prácticamente perfecto en todos los shows), comenzaron a tocar unos grandes conocidos míos, los lusos Moonspell, a quienes por las prisas, el hambre y la sed, no pude disfrutar como se merecieran. Gran parte de su show se lo dedicaron a su último trabajo “Night Eternal”, pero también pudimos disfrutar de temas clave en su carrera, como la archiconocida “Opium” o el impresionante “Finisterra” temazo incluido en penúltimo redondo “Memorial”.


Justo cuando me marchaba, pude ver cómo salía una persona muy conocida a hacer una colaboración con ellos. El que haya escuchado su último redondo sabrá que en la canción “Scorpion Flower”, Fernando Ribeiro está acompañado por Anneke, la genial vocalista de The Gathering, que subió a las tablas en la tarde del 27 de Junio en el Graspop Belga para aderezar un buen tema convirtiéndolo así en un temazo con todas las de la ley. Impresionante los portugueses, que aunque con poco público delante (en el marquee2 tocaban a la vez Deathstars) demostraron por qué están ahí.





Nada más terminar la oscuridad del metal de Moonspell en el Marquee1, volvía el heavy metal más clásico al Main Stage de la mano de Saxon. Grupo mítico donde los haya dentro de la escena del NWOBHM. Un Biff impecable y muy animador dio rienda suelta a su repertorio, entre cuyos temas sonaron “Crusader”, “Princess of the night”, “Wheels of steel”, “Denim and Leather” o “Motorcycle Man”. Gran tarde la de Saxon, que fueron los primeros en empezar a llenar el inmenso descampado que había enfrente del Main Stage.



Con los festivales, una cosa mala es que putea muchísimo cuando dos grupos que te gustan muy mucho te coinciden en horario. En este Graspop me ha pasado 2 veces nada más, pero qué dos veces. En la primera no tuve más remedio que ver mitad de Symphony X para comprobar que en directo son una máquina arrolladora aunque toquen una balada como “Paradise Lost”. Desde luego hicieron un show demoledor y me dio un poquito de cosa irme de allí teniendo en cuenta el espectaculazo que estaba viendo. Pero desde luego, cuando llegué al Marquee2 poco después y vi la que estaba liando sobre el escenario uno de mis grupos favoritos se me quitaron todas las penas.




No se si os sonará un tal John Tardy, pero el y sus secuaces, más conocidos como Obituary estaban destrozando las tablas del escenario secundario escudados en las notas de “Slowly we rot”. Vi solo ese tema y un poco del anterior, pero madre mía, que dos temas. Que energía y que death metal más directo y demoledor tiene la banda de Florida. Ante semejante dicotomía creo que lo mejor hubiera sido partirse en dos y ver a ambas bandas. Pero como eso es imposible (por ahora) creo que cogí la mejor opción.



Cuando acabó Obituary, y teniendo en cuenta que los conciertos solo se paraban 5 minutos, tuvimos que escoger entre Firewind, que tocaban en el escenario de los novatos y Def Leppard que tocaban en el Main Stage. Como tanto mis acompañantes como yo somos más metaleros que rockeros, nos decidimos por los griegos, después del genial sabor de boca que me dejaron en el Lorca hace dos años. Y no defraudaron, ya lo creo que no…


El set list fue infinitamente distinto al de aquella vez, dado que hace poco sacaron un genial nuevo álbum titulado “The Premonition”. Del que cayeron muchísimos cortes, como el que abrió su actuación “Into the fire”, así como “Head up high” o “Mercenary Man”. También se marcaron un “The Fire And the Fury” que dejo boquiabierto (como siempre) a la mayoría de los que allí se estaban perdiendo a Def Leppard (que no eran pocos). El tema que cerró, tras un bis que todo el mundo se tomo a término, ya que la mayoría pusieron pies en polvorosa, fue “I am the anger” y sin duda, la más coreada “Fallen to pieces”.



Sin embargo, lo mejor de su show es la maestría con la que cada uno ejecuta sus movimientos. Desde ver al ex – Helloween Mark Cross aporrear los parches como nadie hasta ver a Bob Katsionis tocar la guitarra y el teclado A LA VEZ. Todo ello con el impagable acompañamiento del genial vocalista Apollo Papathanasio, muy activo con el público como siempre y las genialidades a las seis cuerdas del gran Gus G. un tío que no precisa presentación y que en la noche belga volvió a demostrar lo que vale. Clama al cielo que un grupo como Firewind se tuviera que conformar con un puesto en el escenario donde tocaban todos los novatos y las bandas noveles de los Países Bajos.



Otra carrerita, esta vez para 5 minutos después de que terminara Firewind me fuera al Marqueé 2 para ver a uno de mis grupos favoritos de death metal. Los incomparables Nile, poseedores de uno de los sonidos más originales del death metal mundial. Y es que sus toques egipcios no dejaron indiferente a nadie provocando a la vez el regocijo colectivo con el pedazo de sonido que tuvieron como la ira colectiva al largarse 10 minutos antes de lo previsto y sin decir ni adiós, dejándose en el tintero temas como “Ramses bringer of war”.



El que se largaran de esa manera cabreó mucho al personal. Y más a mí que me estaba perdiendo a Testament solo por verlos a ellos. Pero a veces las cosas salen así, y ya conocemos el carácter de Karl Sanders, por lo que la huída no me sorprendió en absoluto.


Así desfilaron por el escenario temas como “Black Seeds Of Vengeance”, donde de la euforia que me entró por dentro casi me matan, “Papyrus containing the spell to preserve his possessor from the attacks of him who is in the water”, “What can be safely written”, que si no me equivoco abrió el show, “Lashed to the Slave Stick” y “As he creates, so he destroys”


Escapadas aparte, el espectáculo que dieron Nile es digno de mención, tanto la actuación de los dos guitarristas y vocalistas, Karl Sanders y Dallas Toller Wade como su increíble batería George Kollias. Todos ellos, dieron caña sin tregua durante más de 40 minutos (que, por supuesto, se hicieron cortísimos) y más de uno nos fuimos de allí con la sensación de que nada iba a superar en brutalidad a aquellos norteamericanos de corazón egipcio, pero como pudimos comprobar más tarde nos equivocábamos…




Un poco hartos de dar vueltas, nos pillamos alguna que otra cervecita y algo de comer para, mientras a lo lejos sonaban un envejecidísimo a tope David Coverdale desde la última vez que lo ví hace dos años y sus Whitesnake. Sonaban bien, pero como ya dije antes, soy más metalero que rockero, así que lo que hice fue reposar porque poco después tomarían las tablas una de mis más idolatradas bandas de todos los tiempos: Morbid Angel.



Y yo me creía que me iba a morir sin verlos. Y yo me creía que lo más brutal que iba a ver en todo el Graspop era a Nile. ¡¡Y yo me equivocaba!! Normalmente cuando comienza un concierto de estas características lo normal es un poquito de headbanging, silbidos, gritos cuernos en alto y tal… pero tanto yo como unos pocos más estábamos absolutamente boquiabiertos con lo que en apenas 15 segundos había tomado el escenario.



David Vincent al bajo, embutido en cuero completamente, Trey Azagthoth, el hombre que no ha cambiado absolutamente nada desde los años 80, Pete Sandoval, apodado “Commando” probablemente porque la manera que tiene de aporrear la batería se asemeja muchísimo a ametralladoras formaban parte de la parte “Clásica” de los Morbid Angel. Aunque una banda de ese calibre no tiene porqué demostrar lo que vale en directo, lo hicieron y se superaron con creces, ofreciéndonos sin duda EL MEJOR CONCIERTO DEL FESTIVAL ENTERO, galardón en el que acompañan a bandas como Arch Enemy, In Flames o Iron Maiden, pero superando a todos estos en velocidad, brutalidad, técnica, entrega, sangre en los mosh pits y… en todo prácticamente.



Este cuarteto me dejó con ganas de más y con la sensación de que toda la pasta que se me había ido entre viajes y demás había merecido muchísimo la pena tan solo para ver esa maravillosa hora y media de death metal clásico como la filosofía Griega y brutal como su Cancerbero y Hades juntos.


No me he olvidado del cuarto componente de la banda. Lo que pasa es que este tío es para echarle de comer aparte. Si conocéis a una banda llamada Zyklon, os sonará su guitarrista “Destructhor”, comúnmente conocido como Thor Anders Myhren. Pues bien, éste chavalote, Noruego para más señas e introducido como por arte de magia en la banda más mítica que haya salido de Florida es, si me permitís la expresión (y si no también), el PUTO AMO. Warlock en ristre, el sujeto a examen (recordemos que ha ingresado en la banda este año) es el recambio perfecto a Tony Norman y lo demostró en la fría noche belga a base de machacar su guitarra como no se lo había hecho hacer a prácticamente nadie nunca. Desde luego, escoger a otro guitarra para llenar el hueco (difícil de llenar por otra parte) de Norman, hubiera sido un gran error.



Por el escenario del Marquée 2 desfilaron temas como “Nevermore”, que si no me equivoco es el nuevo material que los death metaleros están trayendo en sus shows de este año. “God of Emptiness” y dos temas que hubiera sido un delito contra el death metal haber dejado atrás: me refiero como no a “Maze of Torment” e “Immortal Rites”. No hay palabras para describir lo que se estaban perdiendo los que acudieron a ver a Ministry (que por lo visto hicieron un gran show), que no vivieron como se caía abajo la carpa donde los GRANDIOSOS Morbid Angel soltaron un recital de mil pares de cojones y se fueron dejando en todos nosotros una sonrisa maligna que parecía decir “Ahora SI que me puedo morir tranquilo” .


No seguimos el show de Miniistry pero aquí va el set list que descargaron esa noche:



Let's go

Wathc yourself

Life is good

The last sucker

No W

Waiting

Worthless

Rio Grande Blood

Señor Peligro

Lieslieslies

So What

N.W.O.

Just One Fix

Thieves






Muy cansados afrontamos la última parada del primer día de festival. Pero todo cansancio era poco si los siguientes en tocar son unos de los grandes del metal universal. Nada más y nada menos que Judas Priest, que ahí es nada. No los había visto nunca antes, las ganas que tenía por ver al maestro Halford recitar canciones que me han acompañado desde mi infancia no eran pocas. Pero no todo iba a ser un camino de rosas en el festival, y la actuación del sacerdote judas me resulto un fiasco a medias, me explico:


Primero hablemos del set-list. Mi opinión es que los temas escogidos para el concierto son muy buenos, representación de su nuevo álbum y un poco de aquí y otro poco de allá de los anteriores. Temas que no sonaban desde hace mucho como “Hell Patrol” y sorpresitas tipo “The Green Manalishi”, momentos tranquilos con “Angel” (confieso que eché de menos un “Judas Rising”), y momentos míticos, que hubo muchos: “Painkiller” por supuesto, “Electric Eye”, “Breaking the law” o “You’ve got another thing comin’ con un larguísimo etcétera, me pareció una elección acertada para el tiempo que tenían.


Hablemos ahora de los temas del nuevo disco, no me han terminado de convencer. Puede que necesiten otra escucha pero en mi más sincera opinión, “Angel of Retribution” no tiene nada que ver con “Nostradamus”, al que le da mil vueltas. Pero bueno, en directo hacen su función y todo eso.



Ahora toca mencionar lo que no me gusto para nada del concierto de los Priest, de ese grupo al que tanto he seguido desde hace tantísimo tiempo… Su actitud. Sé que no son muy dados a corretear y brincar por el escenario, pero una cosa es eso, y otra lo que vimos en el escenario principal del Graspop 2008. Un Halford que no abrió los ojos en todo el concierto, y que se paseaba por ahí (cuando le daba por andar) encorvado y apoyado en su bastón, al más puro estilo “abuelete total” y desganado como pocos. Tipton y Downing que no se movieron absolutamente nada de donde estaban, yo que estaba un poco lejos pude confundirlos con maniquíes perfectamente y no me hubiera extrañado que se hubieran sentado para ponerse a tocar. El escenario y la parafernalia que sueltan no ayudaba a su interacción con el público en absoluto. Primero el sillón de trono en el que Halford salió a cantar y del que (sorpresa) no se meneó en todo momento y la famosa Harley en la que cantó, si no recuerdo mal “Hell Bent for Leather”, de la que tampoco se levantó. En definitiva, están muy cascados, y eso enfría al público muchísimo.



Aunque yo esto lo digo ahora, sentadito en mi casa con mi cervecita, y pensándolo en frío. Sin embargo, durante la representación de los Priest en el Graspop fui el primero en flipar bellotas literalmente y saltar y gritar. Y es que, amigos míos, los clásicos son los clásicos, aunque los toquen en tumbonas de playa. No quiero contradecirme: ¿me gustó el show de Judas? Sí, bastante, pero no puedo dejar de pasar por alto esos detalles…












Set List



01. Intro: Dawn of Creation

02. Prophecy

03. Metal Gods

04. Eat Me Alive

05. Between the Hammer and the Anvil

06. Devil's Child

07. Breaking the Law

08. Hell Patrol

09. Death

10. Dissident Aggressor

11. Angel

13. Rock Hard, Ride Free

14. Sinner

15. Painkiller



16. Hell Bent for Leather

17. The Green Manalishi

18. You've Got Another Thing Coming

12. The Hellion / Electric Eye





Total, que con una sonrisa brutal en la cara, nos fuimos a dormir la mona reventadísimos y sin saber lo que se nos venía encima en los otros dos días de festival. Pero eso es ya otra historia… ¿no?


Texto: Sergio Rodríguez Villa


Fotos: Rudy De Doncker (www.rudysphotos.com) y Sergio Rodríguez Villa



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