Con varios eventos de características similares en la capital dedicados a la guitarra, creo que el que se llevaba la palma, era, sin duda alguna, la visita de Vinnie Moore a la Sala Changó, y es que cualquier amante del instrumento tiene al americano entre lo más top de toda la hornada de shredders que surgieron en la segunda mitad de los 80. Junto a Alice Cooper adquirió nombre, reconocimiento y simpatía por parte de la fanatucada, pero fue cuando Vinnie compuso, grabó y editó sus cinco primeros álbumes, cuando todos pudimos comprobar como estábamos ante uno de los guitarristas más inmensos, precisos y técnicos del Planeta Tierra. No fue casualidad su incursión en UFO, como sustituto de Michael Schenker, aunque para mí la quintaesencia de su carrera está compuesta por Mind's Eye, Time Odyssey, Meltdown, Out of Nowhere y The Maze. Horas y horas de diversión en media decena de discos, de los que esta noche podríamos disfrutar en Madrid.



Para amenizar el plato fuerte, los italianos Black Banjo nos sorprenderían a todos con un blues rock con tintes sureños de mucha calidad, que, aunque distase del rollo más centrado en lo virtuoso que siempre envuelve a los shows de los solistas, nos ofrecieron algo más de media hora de buena música. En su alineación milita Francesco Caporaletti, bajista del mismo Vinnie Moore, quien, junto al carisma de Alex Alexandrini llenan el escenario con veteranía, buen hacer, y antesala de olor agradable para un concierto muy esperado por muchos. Lo cierto es que la atención no estaba del todo centrada cuando entré en la sala, pero fue un preámbulo perfecto para la grandiosidad que viviríamos momentos después.



Vinnie Moore, que salió sin otro alarde decorativo a escena que no fuese su Kramer azul, se lo jugó todo a una carta desde el inicio con "Daydream" de su debut, y eso es, con perdón de la expresión, tenerlos muy bien puestos...el sonido no era nítido, pero se intuía una banda escandalosamente buena de acompañamiento, con casi todos los miembros de origen italiano, supongo que por cuestiones económicas con los visados. Además del citado Francesco al bajo, contó con dos complementos de enorme calidad como Emiliano Tessitore a la guitarra, que parecía llevar toda una vida junto a Vinnie, y Roberto Pirami a la batería, que elevó el show a otro nivel sin fallar ni un golpe de baqueta. Para "The Maze" el sonido era casi perfecto y se despachó una perfecta y cargada de feeling pieza que, para quien escribe, es una de las mejores composiciones para guitarra solista de la historia. Una delicia que levantó pasiones y nos erizó la piel como pocas veces he vivido en un concierto de estas características. Fueron cayendo temas de casi todas las épocas de su historia solista, pero los procedentes a esos cinco primeros álbumes, rozaban muy melosamente los sentimientos de los asistentes, que, sin llenar la sala, contaban con grandes personalidades de nuestra música, por cierto. Temas como la bonita "Rain" del The Maze, o "Morning Star", de color más neoclásico (del increíble Time Odyssey), fueron protagonistas de una noche que ya le gustaría a otros endiosados de la guitarra que no ofrecen la calidad, simpatía y sensaciones que sí nos regaló Vinnie Moore.



Temas de nueva hornada como "Rocket", son bienvenidos, pues no hay disco flojo tampoco después de To The Core, pero claro...cuando los más melómanos amantes del instrumento escuchan "In Control", ejecutado por una banda increíblemente coordinada y profesional, el sentimiento de satisfacción se eleva al infinito, dejándonos uno de los momentos de la noche...y del año. Aunque "Faith" era desconocida por muchos, pero no frenó el ritmo frenético del show, Out of Nowhere se veía representado en la poderosa, técnica y salvaje "Thunderball", con ese riff que hizo gesticular a Vinnie más que ninguna otra composición. Claro que, si tiras de temas del Meltdown como "Check it Out!", la cosa ya se pone seria, seria...¡qué manera de tocar, colegas!. Y se ve que él mismo adora aquel álbum, menos neoclásico pero igualmente apabullante, porque "Last Chance" sonó increíblemente fiel a la original, cargado de melodía, y un Vinnie especialmente expresivo. Precisamente del nombrado To The Core, se dejó caer "Over My Head", dándonos a todos el enorme placer y gustazo de volver a la propia "Meltdown" y despedir uno de los mejores conciertos instrumentales del año...sino el mejor. Increíble estado técnico, de forma y vital de un Vinnie Moore incombustible, muy comedido con su protagonismo, humilde y siendo, simplemente, rey de reyes. Impresionante.

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