JORN - SALA COPÉRNICO (MADRID 14/4/2023)
Abría la noche KILMARA, banda que ya habíamos tenido la oportunidad de verles teloneando a Crystal Viper hace unos años y que nos dejaron muy buen sabor de boca. En esta ocasión hicieron un concierto muy bueno, metiéndose al público en el bolsillo desde el primer momento gracias a una actitud impecable, sobre todo a cargo de su cantante Daniel Ponce. Mención especial merece su batería Eric Martínez, que, por momentos, me recordaba a esos baterías vistosos de la década de los 90, como Tommy Lee, o Blas Elías de Slaughter. Sin llegar a hacer el malabarista a lo Zoltan Chaney, dió una lección de cómo dar espectáculo detrás de los parches. La banda presentó un par de temas nuevos (buenísimo "Power of the Mind"), que sirvieron para aumentar las ganas de escuchar su nuevo trabajo que desde luego promete. Sin duda, muy buena actuación de los catalanes que merecen seguir escalando posiciones dentro del metal nacional.
Hacer una crónica de un concierto de Jorn Lande se está convirtiendo en algo más complicado de lo habitual. Resulta muy difícil no repetirse. Casi podemos reiterar las mismas palabras de lo que vivimos en cada ocasión que el cantante pasa por los escenarios de nuestro país. Es tal el grado de brillantez, que se quedan cortos los calificativos para hablar de este hombre. No merece la pena perder el tiempo en explicar a nadie que es una de las voces más poderosas que existen en el Hard Rock actual. Es un cantante de la vieja escuela, alejado de los falsetes heavies y de las vertientes guturales. Lo suyo es cantar con una voz grande, portentosa, una voz lírica, como lo hacían los grandes, y hablamos de Graham Bonnet, Joe Lynn Turner, o su admirado Ronnie James Dio.
Oírle cantar es un privilegio, ya que hay muy pocos cantantes que sean capaces de mantener el nivel de afinación, de poderío y de buen gusto a lo largo de hora y media, sin decaer en ningún momento. Cuando Jorn salió el escenario la pasada noche abriendo interpretando "Ode to the Black Nightshade" de su último disco Over the Horizon Radar, su voz ya estaba perfectamente engrasada, la maquinaria a punto y a pleno rendimiento. No necesita dos o tres temas para entrar en calor, o para adecuarse al sonido de la sala. Su garganta sale en el punto de ebullición. Y a partir de ahí solo puedo decir que probablemente es la mejor voz en directo que en estos momentos te puedas echar a la cara.
Actitud impecable, profesionalidad, un derroche de cualidades vocales como pocas, como demuestra el hecho de que sea capaz de cantar colocando el micro a la altura del pecho. Sí, eso que le hemos visto tantas veces a las cantantes folclóricas, o a los cantantes de lírico, porque su chorro de voz no precisa de estar cerca del micro. Pero lo de Jorn va mucho más allá. El buen gusto a la hora de hacer los giros, las improvisaciones y los fills finales con los que suele aderezar sus canciones, le convierten en el máximo exponente del Hard Rock en estos momentos. Que tiene un privilegio en la garganta es algo que nadie puede negar, incluso el propio Tobias Sammet, acostumbrado a rodearse con la “creme de la creme”, comentaba que era el único cantante que no calentaba antes de salir al escenario en los shows de Avantasia, porque su voz siempre estaba lista para el asalto. Es sin duda el intérprete de Hard Rock por excelencia, y por ello, su repertorio está salpicado de multitud de versiones, y a lo largo de la noche fueron cayendo "Too Scared to Run" de URIAH HEEP, "The Mob Rules" de BLACK SABBATH, "Rainbow in the Dark" de DIO…y es precisamente cuando suenan esas canciones, cuando te das cuenta que puede cantar lo que le echen, en bastantes ocasiones, incluso mejorando el original. Muy celebrada por el público fue la versión de WHITESNAKE de “Bad, boys”, coreada hasta la sociedad y sin duda uno de los platos fuertes de la noche.
Jorn es un lujo para cualquier compositor, por eso luce tanto cada vez que colabora con otros artistas. Quizás le ha faltado ese punto de grandes composiciones de sus discos en solitario, que siendo notables algunos de ellos, siempre he echado en falta algún hit, como por ejemplo, “Walk On The Water”, de la ópera rock ”Drácula” de Trond Holter; uno de sus clásicos ya y la más coreada entre el público madrileño. De su repertorio destacaron las impresionantes "Ride to the Guns", "Lonely are the Brave" o "Out to Every Nation".
Pero además Jorn es de esos artistas que siempre se rodean de una banda increíble, porque los músicos de los que se acompañaba superan el manido epíteto de solventes. La dupla de guitarristas era absolutamente increíble, especialmente cuando hablamos de Adrian Bjerketvedt, un guitarrista soberbio, destinado a convertirse en uno de los mejores guitarristas de Hard rock de los próximos años. Se da la paradoja de que tal y como el propio Jorn contaba, es alumno de Tore Moren, el otro guitarrista que cerraba el plantel, rostro conocido de los seguidores de Jorn. Pues bien, sin desmerecer al segundo, que tiene una trayectoria envidiable y que sin duda es uno de los killers de la guitarra, en esta ocasión podemos decir que el pupilo supera al maestro. Impresionante la ejecución, impresionante el sonido e impresionante la actitud. Savia fresca para la banda, que desde luego es un aporte magnífico al show. Además demostraron que con con poco artificio, dos guitarras Les Paul y un Marshall a sus espaldas se pueden hacer maravillas, pues como digo, el sonido de esa noche fue espectacular. El único “pero” que se le puede poner es esta situación tan común en los conciertos del género de que los teclados sean absolutamente inexistentes. Desgraciadamente el buen hacer de Alessandro Del Vecchio (que repetía de la última vista del noruego) pasó inadvertido para la audiencia, ya que a excepción de algunos intros, donde solamente sonaba el, era imposible localizar los Hammonds que tanto hubieran aportado al sonido general del grupo. Concierto de 10 de esos que merece la pena rascarse el bolsillo para repetir.
Joaquín Padilla
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