IN FLAMES + AT THE GATES + IMMINENCE - SALA LA RIVIERA (26/11/22)
Hace muchos años que vi a In Flames por primera vez...y probablemente fuese en Valencia, presentando aquel lejano y controversial Soundtrack to Your Escape, que quizás fue el álbum más premonitorio de todos los cambios que vinieron después. El resto, es historia, y son varias las ocasiones que he podido ver a los suecos en vivo...unas mejores, otras peores, pero siempre manteniendo un nivel de profesionalidad muy alto. Esa es la premisa con la que afrontaba su nueva venida a Madrid, todavía sin su nuevo álbum Foregone editado, dispuesto para Enero, y después de casi una década desde su última visita. Creedme...la ilusión era máxima, pues he seguido su carrera a pesar de todos sus vaivenes, y creo que siempre tienen algo que ofrecer. Veríamos como se desenvolvían en La Riviera, no sin antes poder disfrutar de las bandas previas, que en esta ocasión eran de nivel. Orbit Culture, Imminence y los clásicos e influencia para los propios In Flames, At The Gates. Casi nada.
Con tres discos en el mercado, varios cambios en la banda desde su formación en 2013, y habiendo recibido grandes elogios desde su creación, Orbit Culture salieron al escenario madrileño a por todas con un death metal melódico de gran capacidad, que sonó demoledor desde la inicial "Vultures of North", tema del que hace poco presentaban videoclip, y que acumula gran cantidad de visualizaciones. El poderosísimo riff con el que inicia el tema ya nos lleva a hacer headbanging, y la voz de Niklas Karlsson, de tonalidad amenazante, nos hace asentir a todos con la cabeza...¡esto empieza bien!. Quizás las formas más industrialoides, e incluso groove del desarrollo, hacen de la banda algo especial, e incluso por momentos me llevan a pensar en Septicflesh, salvando mucho las distancias. Por más gente era conocida "North Star of Nija" de su álbum Nija, en la que brilló la base rítmica de Fredrik Lennartsson y Christopher Wallerstedt, que hicieron un gran trabajo durante toda su actuación. Los tonos limpios de Niklas también ayudaron a que la dinámica del concierto fuese de modo ascendente, demostrando ser unos buenos invitados para la gira, con cierta afinidad a la banda principal. Poco tiempo pudieron estar descargando, pero lo aprovecharon al máximo con mazazos como "Strangler", más accesible, alejado del death metal, y de formas muy americanas en su estructura. Tras la pesadísima "Carvings", y haber encandilado al público, que parecía satisfecho con su propuesta, se despedían con "Saw" de su EP Redfog, en cuyo estribillo también encontré alguna tonalidad muy cercana a Sentenced, arropándose de gigantescos riffs, y una batería demoledora, despidiéndose de Madrid por todo lo alto, y dejando muy buen sabor de boca.
Con algo más de tiempo disponible, Imminence, quienes ya gozaban de público propio y gran cantidad de aficionados curiosos frente al escenario, sirvieron como lazo entre generaciones. Los más amantes del death metal probablemente no conectasen con su propuesta, más cercana al metalcore, combinando voces, pero sí que lo harían con aquellos que empezaron a escuchar a In Flames con álbumes como Battles. El caso es que la banda, además de sonar de escándalo, con la típica estética con tirantes, y ese look más próximo a bandas como Caliban, salieron arrasando con "Ghost" de su recientísimo nuevo disco Heaven in Hiding, sorprendiéndome la presencia sonora del violín de Eddi Berg (vocalista y violinista) que se apreciaba en escena, casi más que en la versión de estudio. El álbum ha calado ente sus fans, y se nota, pues había gente cantando a pleno pulmón cada verso de los estribillos, llevando este en el mercado menos de un mes, aunque las redes y videos aislados previos a su lanzamiento hacen su función, y este efecto es prueba de ello. La más reciente "Temptation" agradó y "Chasing Shadows" fue una de las que más me gustó del show, por ese aura de nostalgia en el estribillo, y lograr cautivar desde las primeras notas. Los riffs son cliché del género, pero la gran cantidad de arreglos por parte de Alex Arnoldsson a las seis cuerdas, los elementos electrónicos, y el profundo violín del puente, hacen que no quites ojo del escenario. Temas como "Erase" del álbum de 2019 Turn the Light On, son portadores de las múltiples texturas de las que es capaz de hacer uso la banda. Mucha fuerza, conexión con el público y energía. "Paralyzed", por ejemplo, del mismo álbum, se me hizo algo más lineal, precisamente por no incluir todos los elementos que son capaces de usar en una misma composición, mientras que temas como su ya inamovible y rompedor "The Sickness", fueron testigo de un show cargado de buenos momentos, un juego de luces muy efectivo y una banda que lo dio todo. No es un estilo que frecuente demasiado, pero incluso a los que venían a disfrutar con gustos más clásicos, aceptaron sin rechistar. Buenísima actuación de Imminence.
Ya con la sala con un ambiente digno del cartelazo que se nos presentaba, At The Gates hicieron aparición para arrasar. Los maestros, de teloneros de su más aventajado alumnado...¡qué curioso!. Slaughter of the Soul es ley para el llamado "sonido Gotenburgo"...ellos lo saben, In Flames lo saben...y en Marte, si hay vida, también lo sabrán. Los suecos es una banda de culto, y seguro estoy de que muchos asistentes venían al 50/50 para ver a los dos cabeza de cartel. Con su clásica camisa de cuadros rojos y negros, Tomas Lindberg y Cía. nos dieron la bienvenida con "Spectre of Extinction" de su último disco de estudio The Nightmare of Being, pues como debe ser, apuestan por su nuevo material, y no se ciñen a sus tres o cuatro discos iniciales. Buenísimo sonido, aunque si hay un "pero", es el notar la voz de Tomas algo menos agresiva de lo habitual, aunque claro...hablamos de un tío de 50 años.
Un frontman que no paró de moverse por el escenario, dirigirse a las primeras filas y escupir su chorro de voz. Impresionante el sonido de guitarras conseguido por Martin Larsson y Jonas Stålhammar, y no os digo nada del muro que conforman Adrian Erlandsson y Jonas Björler...la banda suena como una tormenta. Y si el siguiente trueno es "Slaughter of the Soul", imaginad el resultado. Sala ya entregada, como no podía ser de otra manera. Los clásicos siempre funcionan, aunque como digo, es obvio que hay que apostar por su reciente discografía, y lo harían de nuevo con “At War At Reality” de su disco de 2014, provocando una buenísima reacción, ya que los suecos viven una segunda juventud en cuanto a su éxito compositivo. Siguiendo en orden cronológico, cayó la intensa "To Drink From the Night Itself" de su penúltima obra, cuyo sonido, tan similar al del 95, hace que estos nuevos clásicos no palidezcan frente a los temas de toda la vida.
Es curioso observar como la voz de Tomas fue templándose con los temas, y cuando llegaron a "Cold" de "EL DISCO", todo estaba completamente en su sitio, y estábamos disfrutando de un auténtico espectáculo sonoro de death metal melódico de primera división. Categoría, que se llama. Del mismo sonó "Under a Serpent Sun", y es que el peso en la historia de Slaughter of the Soul es tan, tan grande, que es imposible no rendirse a sus encantos...ni la propia banda es capaz de no hacerlo. "Heroes and Tombs" supuso un respiro...¿en serio?. Con temas como "Death and the Labyrinth", aún siendo de su retorno como banda, no son ni medio pequeños al lado de los gigantes de los años 90. Con el repertorio de At The Gates no hay lugar para el descanso, y aunque parezca una obviedad, no pueden dejar de tocar "Blinded By Fear", que casi despedía la velada, no sin antes despiezar otra de sus "actuales" como "The Night Eternal", con el tocamos el cielo...nosotros, y ellos, que no deben bajarse jamás del trono, el cual recuperaron tras su larga ausencia, y que han sabido volver a ocupar para dejarlo bien caliente. Tan caldeado como su show de La Riviera.
Con la atenta mirada de sus "profes" tras el telón, un juego de luces comprendido por fluorescentes, dos alturas y un escenario muy sobrio, In Flames pisaban fuerte el escenario de la capital con "The Great Deceiver", el segundo adelanto que los suecos presentaron de Foregone, su próximo disco...¡cómo suena en directo!. Sin empezar la traca con un clásico, con un sonido increíble y una banda súper activa, ya tenían a todo el gentío a sus pies. Aplastante inicio dirigido a un público en el que la media de edad sería de unos 40-45, con muchas caras jóvenes también...lo cual quiere decir que los actuales In Flames siguen removiendo sentimientos, pasiones y corazones. Aunque, qué queréis que os diga...es sonar "Pinball Map" del Clayman, y el suelo empieza a moverse, las caras empiezan a destellar felicidad, y la propia banda empieza a flipar...literalmente. Anders que está motivadísimo, canta como hacía años no hacía, pero es que el combo Broderick/Björn suena estratosférico. Casi de otro planeta...además de ser súper comunicativos con el público, especialmente el segundo, que no paro de dirigirse a la gente del público con la mayor de las simpatías. Súper actitud. Lo más curioso es que cuando salió el Reroute to Remain, los "puretas" se echaron las manos a la cabeza, pero a mi siempre me pareció el discazo que es...especial como pocos, repleto de momentazos como "Cloud Connected", con la que saltamos, cantamos, hicimos headbanging, y con la que la banda volvió a alucinar, lo que les dio un extra de vitalidad, y visitar sus inicios con la brutal "Behind Space" del Lunar Strain, con la que empezaba un viaje que para muchos de nosotros fue muy especial, que continuó con "Graveland" del enorme The Jester Race. Con "The Hive" terminaron de rematar, pues siempre tendré al Whoracle entre mis discos favoritos, y esto empezaba a ser uno de los conciertos del año, amigos.
Los sentimientos, nostalgia y orgullo de tener a semejante banda frente a nosotros, se agrabaron cuando, pensando que el show tornaría hacia otros derroteros menos orientados a lo clásico, cayó "Colony", y los recuerdos se amontonaron para muchos. Temas que han marcado a una generación entera, y que creo recordar, es la vez que mejor los he podido escuchar. De escándalo.
Ante el aluvión de cánticos reclamando el nombre de la banda, Anders, con una emoción notoria, se dirigió a nosotros, y con una emotiva intro cayó un "Only for the Weak" en la que, literalmente, vibraba el suelo de toda la sala. Caras de emoción, mucha nostalgia y una banda elevada al infinito que nos regaló uno de los momentos más bonitos que he vivido en La Riviera. El tema se ha convertido en un himno generacional, pero sinceramente, no sabía que llegaba a tal cota. Impresionante primera mitad de concierto, que no bajó el nivel cuando empezaron a desgranar canciones post-Soundtrack. "Leeches" sonó poderosa, potente e increíblemente bien ejecutada. El feeling entre los miembros de la banda, es más que visible, y no solo nosotros estamos disfrutando como locos...ellos también lo hacen. Otro de sus adelantos como "Foregone Pt.1" no sonrojan en el set, sino más bien todo lo contrario (¡qué ganas de escuchar el álbum completo!). Tampoco lo hace "Wallflower" de Battles, que dejó el punto más experimental del concierto, con esas guitarras dobladas del inicio, y el bajo omnipresente de un colosal Bryce Paul Newman. Sin duda, buena elección para representar el criticado trabajo. Su nuevo "State of Slow Decay" suena tan actual como clásico, y estoy seguro de que no faltará en la gira de presentación de Foregone. Antes del gran final, el espectacular A Sense of Purpose contó con su guiño en "Alias", cuya melodía cantamos todos, para dejar atrás esa dupla de temas más tranquila, que sería el principio de un fin marcado por "The Mirror's Truth" del mismo álbum, mientras que "I Am Above" del I, The Mask y la cañera "Take This Life" de Come Clarity nos dejaban sin aliento, saciados, pero sedientos de más In Flames, que no podían irse del escenario sin expresar, de un modo sincero, su gratitud ante una respuesta mayúscula del público madrileño hacia su música. Se les demostró que se les quiere en España, y ellos respondieron de la mejor manera, es decir, con un concierto único, inolvidable y lleno de emociones.
Para recordar siempre.
José Rojo
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