Días intensos de conciertos los que estamos viviendo este otoño. Giras rescatadas, gran cantidad de eventos solapándose y carteles gigantescos pocas veces vistos, y...toca elegir. Pero una de las visitas obligadas era la de la gira que iban a protagonizar Arch Enemy, Behemoth, Carcass y Unto Others, que pasaba por varios emplazamientos nacionales, y que nos traía de vuelta a tres grandes formaciones punteras, con la presentación de sus correspondientes nuevos discos.



No me olvido por supuesto de la banda que abrió la tarde-noche del sábado, pues Unto Others, a pesar de las tempranas horas a las que les tocó salir al escenario, el escaso público de Vistalegre que todavía no había llegado al recinto y que eran demasiado distantes estilísticamente del resto del cartel, fueron capaces de sacar un espectáculo muy digno adelante, con el único apoyo de un telón con el nombre de la banda y la pericia de sus integrantes para entretener a un personal que iba a ver "otra cosa". Los de Oregón, con dos álbumes en su haber, y una puesta en escena lúgubre y sencilla, desplegaron todos sus encantos con un rock gótico que se movía en terrenos más suaves, post-punk, pop...bien podría gustar a un público que disfrute con The 69 Eyes, que a seguidores de Depeche Mode, The Cure, The Cramps o Sisters of Mercy. Atmósfera es lo que ofertaron desde el inicio con "Heroin" de su último disco, Strenght. Voz desganada (a propósito) y profunda por parte de Gabriel Franco, batería de reverb exagerada de Colin Vranizan y el peso del espectáculo visual a cargo de su guitarrista Sebastian Silva que no paró de posar, mientras hacía un sobrio y entretenido trabajo con su instrumento. Visitando su anterior Mana, "Give Me to the Night", acelera el tempo (de la cual os aconsejo visualizar su videoclip), observando que en las primeras filas se dejó caer algún seguidor que estaba siguiendo la letra, ante una propuesta interesante que en una sala y en su contexto hubiese brillado mucho más. Me encantó la más movida e intensa "No Children Laughing Now", de la que destacaría el sonido limpio de Sebastian y su afán de espectáculo, así como esos guiños vocales al estilo The Cult o The Mission, que captaron mucho mi atención. Visitaron sus inicios en "Can You Hear the Rain", cuyos profundos arpegios y trabajo de guitarras nos llevó a esos Paradise Lost más ambientales y sencillos, con esa patente de The Sisters of Mercy de la que hablábamos. "Nightfall" siguió el buen camino de influencias, y nos acercó a la salida marcada por "Summer Lightning", con ese aire dark que envolvió su tiempo en escena, algún coro facilón y un estribillo realmente pegadizo, para despedirse del frío público con "When Will God's Work Be Done", que bien analizado es un temazo del género, y seguramente se posicione como uno de sus himnos, pero que incluso con sus guitarrazos y la voz más agresiva de Gabriel, no lograron mover a las primeras filas lo suficiente, y no será porque la banda no hiciese méritos para agradar, pero en semejante cartel, no creo que tuviesen más posibilidades que las que aprovecharon. En una sala llena de velas seguro que son los amos.




No veíamos el momento de que Carcass apareciesen en escena, con un simple telón asociado a Torn Arteries, su último y glorioso disco, y dos pequeñas pantallas que iban mostrando motivos de los temas que iban cayendo. Los ingleses no necesitan nada más para liarla muy parda. Son LOS MAESTROS, y Jeff Walker un capitán feroz que arrasa...un Lemmy de la música extrema, que solo con su presencia llena diez escenarios empalmados uno tras otro. "Exhume to Consume" casi enlazao con uno de mis favoritos, "Buried Dreams" del incontestable Heartwork, fueron motivos suficientes para arrodillarse ante la escuela de Carcass. Sonido arrebatador, Bill Steer derrochando virtuosismo, Jeff inconmensurable y el combo Daniel Wilding/Tom Draper, marcando cada paso para que los jefes pudiesen desplegar toda su fiereza. Da igual del álbum del que decidan darnos a probar..."Kelly's Meat Emporium" de su última joya sonó de escandalo. Los alaridos de Walker, las guitarras dobladas y ese yunke contra el que darte cabezazos que es su sonido, son únicos en su especie. Por algo son jefes de varios géneros asociados al metal extremo, con un sonido suyo, sin comparaciones posibles...¡this is fuckin' Carcass!. Para "Incarnated Solvent Abuse" ya se veían a unas primeras filas enloqueciendo con los clasicazos...y es que cualquier vómito que salga de Necroticism es bienvenido. No hubiese estado de más que el propio Michael Amott hubiese salido a escena para recordar viejos tiempo...¡qué fallo!. Pero no creo que a Jeff le haga falta nadie a su alrededor para volarnos a todos la cabeza. "Under the Scalpel Blade", otro artefacto de alto alcance, corrobora que Torn Arteries es otra futura referencia. Un manual de como debe sonar una banda de metal extremo. Headbanging sin parar en su pesado riff.



Está claro que Heartwork marcó un antes y un después en la historia de nuestra música...el cabalgante riff de "This Mortal Coil" es pura adrenalina. No he visto a guitarrista de música acelerada tocar con más tranquilidad, maestría y precisión que el maldito Bill Steer....¡qué grande!. Con "Dance of Ixtab (Psychopomp & Circumstance March No. 1 in B)" y "The Scythe's Remorseless Swing" seguimos adorando los últimos pasos discográficos de los ingleses, y les acompañamos en su particular viaje, pero terminar un show con "Corporal Jigsore Quandary" y la monumental "Heartwork"...de semejante final apoteósico no puede presumir cualquiera, amigo. Tienes que ser Carcass para poder acabar así tu actuación, dejándote discos como Swansong o Reek of Putrefaction olvidados por una noche, apostando por tus últimas composiciones, y aún así ser los amos de la barraca. No se me ocurre otra manera de definir lo que son y lo que hacen Jeff Walker y su mafia.





Ya con un gran número de asistentes, lejos eso sí, de llenar Vistalegre, se preparaba el particular infierno de Behemoth sobre el escenario. Preciosa y trabajada parte trasera, micros con simbología en forja, y todo el altar preparado para que Nergal fuese recibido. Comienza una proyección en la que el músico, cámara en mano, narra la introducción "Post-God Nirvana" , que se puede ver justo delante de él en un enorme telón blanco, con su cara gesticulando y teatralizando el sermón, tras el que cae el enorme telón, empiezan las calurosas llamaradas y a sonar "Ora Pro Nobis Lucifer" de su obra de obras, The Satanist. Me encanta el modo en el que se distribuye el sonido de la banda, muy bien ecualizado, especialmente el de batería de la cual se repartía cada tom, cada plato, cada elemento, por ambos lados del equipo. La voz de Nergal también la noté en muy buena forma, interpretando cada segundo con convicción, teatralidad y haciendo que cada golpe de voz fuese asequible al oído. Muy bien en ese aspecto además, la indumentaria, que cambiaría en varias ocasiones, y una banda muy compenetrada y metida en el espectáculo, destacando la labor de un Orion de casi tanto peso visualmente hablando como el propio Adam. Gran coordinación con las llamaradas y pasos estudiados, que iniciaron el grandioso show. "The Deathless Sun" es una de las grandes apuestas del nuevo álbum, en la que sorprendió ver la aceptación por parte del público, ya que, con la juventud del tema, ya se escuchaba el estribillo coreado, mientras que "Ov Fire and the Void" de Evangelion sorprendió por la gran cantidad de matices que muestra en directo, gustándome casi más que su versión en estudio.



Le dieron cancha a su Opus Contra Natura con "Thy Becoming Eternal", que sonó convincente, y mucho más true que en el álbum, siendo "Conquer All" la referencia más antigua que habían tocado hasta este momento. Demigod sigue siendo uno de los discos de transición favoritos de los fans, y así se atestiguó en cuanto empezó a sonar el tema entre fuegos...reiterando, una vez más, el enorme sonido de la batería, protagonista en todo el concierto. "Daimonos", envuelta en luces azules alternadas con otras rojizas y naranjas, fue otra fiel representación del enorme Evangelion, aunque, a pesar de que su penúltimo álbum no es de los más populares entre los fans de Behemoth, "Bartzabel" ya es uno de los momentos más cálidos, intensos, espeluznantes y profundos del repertorio de los polacos. En "Of To War!", Nergal, siempre comprometido con su mensaje, enseñó dos bengalas con los colores de la bandera de Ucrania, ante el lógico aplauso y ovación del respetable. Continuando el ambientazo, entró en juego Zos Kia Cultus y su "No Sympathy for Fools", que sonó de auténtico escándalo. Indescriptible la demoníaca "Blow Your Trumpets Gabriel", uno de los mejores temas de su discografía que disfrutamos en todo su esplendor, para desarrollar aún más su show con un atmosférico y malévolo "Versvs Christvs", en el que la susurrante voz de Nergal nos introdujo en el ambiente agobiante de la composición, dejando como colofón final "Chant for Eschaton 2000", quedando a todos con esa sensación de haber pagado una entrada con toda la satisfacción, aprovechando cada euro de su coste. Un diez para Behemoth, que, peldaño a peldaño, se han hecho con un puesto privilegiado que defienden con lo que mejor saben hacer...su música.





Llegados al cuarto concierto de la noche, confieso y lo digo con mucha convicción, que Deceivers, el nuevo trabajo de Arch Enemy, me ha cautivado de tal manera que se ha convertido, por derecho propio, en mi disco favorito de la banda, incluida la era Gossow. Llamadme sacrílego, pero así lo siento...habiendo escuchado y trillado cada uno de sus discos, y visto a la banda en varias ocasiones, tanto con Angela como con Alissa, con lo que la expectativa que me generaba este concierto era alta, máxime cuando las otras veces que había tenido ocasión de ver a Arch Enemy, no llegaron, ni de lejos, a conseguir lo que sí consiguieron esta noche, es decir, emocionarme. De veras creo que demostraron estar a otro nivel, y haber pasado la barrera que separa a las bandas de segunda línea de las grandes. Arch Enemy han llegado, por méritos propios, a un nivel de coordinación y calidad que muy pocas bandas logran, y el sencillo pero efectivo escenario de esta noche, con cuatro telones representando motivos gigantescos de su nuevo álbum, así como cañones de fuego y poco más, sería testigo de lo que digo, porque el concierto que pudimos presenciar en Vistalegre fue sobresaliente, con más o menos público, más o menos simpatía por las nuevas composiciones...e independientemente de los gustos personales de cada uno. Lo que vi en Madrid fue incontestable e incuestionable.


Tras el enorme telón en el que rezaba eso de "pure fucking metal" que tanto les gusta promover, se encontraba una banda que salió a por todas con "Deceiver, Deceiver", y al menos desde donde yo me ubicaba, el sonido era simplemente perfecto. Alissa mordiendo el escenario, bordando los desgarros vocales, y las voces limpias cuando se requería y siendo total dueña y señora de sus cuerdas vocales...¡qué tormenta se desata cuando sale a escena!. El tema lo conoce ya todo el mundo, el juego de luces es impresionante, y cada detalle suena milimétrico. Jeff Loomis es una garantía para acompañar a un Michael Amott pletórico, y la banda suena como nunca.


El estribillo encendió la llama y ya no se apagó durante todo el show. Sonó a continuación "War Eternal" del debut de Alissa con la banda, que ya se ha convertido en un valor seguro, y un clásico de los set de Arch Enemy. Ni mencionar que "Ravenous" puso Vistalegre patas arriba, y que, a través de llamaradas, una inquieta e hiperactiva vocalista, y un sonido de diez, todos pudimos corear la famosa parte de guitarras, gustándome tanto como las veces que he podido ver este tema interpretado con Angela. Curioso comprobar como la reacción del público fue casi tan sonora con la nueva "In the Eye of Storm" como con un clásico de Wages of Sin. Se nota que la banda se siente cómoda y feliz de presentarnos un temazo de este calibre, y se les siente disfrutar en escena tocándolo a todo volumen para nosotros.



Una de las cosas que más me gustan de Deceivers es su capacidad para enganchar al oyente con sus melodías, sus detalles...y las guitarras dobladas del "House of Mirrors" son de otra galaxia de la mano de Loomis/Amott (¿da igual el orden en que los mencione no?...son dos monstruos), para dejarnos a todos alucinados con un estribillo coreable 100%. "My Apocalypse" fue el único representante del Doomsday Machine, y llegó "The Watcher" con su increíble entrada de guitarra, su potentísimo riff y uno de los estribillos que más vi cantar a los fans. "The Eagle Flies Alone" de Will to Power" es sin duda, una de las más intensas de la noche...me erizó la piel, y consiguió que todo Vistalegre disfrutase el momento como si fuese el último. Memorable del todo, como esa intro a lo puro Judas de "Handshake With Hell", que ya se ha convertido, como tantas otras del disco, en un nuevo himno, y es que al final va a ser cierto eso de que lanzar gran cantidad de singles mucho antes del disco completo, logra su cometido, que es que cuando llegua la gira todo el mundo los conozca..."Sunset Over the Empire" es otro claro ejemplo de lo que os comento. Esa intro de Sharlee al bajo y el "welcome to the apocalypse" inicial, berreado por Alissa, son oro puro para generar otro increíble momentazo, épico como pocos.



Volvimos enseguida a la cera con "As the Pages Burn" de War Eternal, en la que Alissa se mueve como pez en el agua, y Loomis introduce, con muy buen gusto y sensibilidad "Snowbound", el precioso instrumental del Wages of Sin. Por supuesto "Nemesis" dejó Vistalegre en llamas, con ganas de haber escuchado Deceivers entero, y por supuesto, algunos temas que todos adoramos, pero que van sustituyéndose por nuevas composiciones de igual nivel. Corto, pero más intenso, lleno de emociones y de calidad, imposible.



Noche para no olvidar y repetir, por parte de todas las bandas que mantuvieron el interés, el nivel, las ganas y la profesionalidad a flor de piel. ¿Quiénes fueron los triunfadores?...en este caso, no hay ganadores, pues cada una de las formaciones se dejaron el alma en su actuación, justificando de sobra la gira y sobre todo, su estatus.



José Rojo

Crónicas

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