Encendiendo la cámara era momento de percatarse de lo que ha supuesto la pandemia para el mundo de la música. Desde febrero de 2020 que no cubríamos un evento, y la sensación era dual...una mezcla de un sentimiento apenado por habernos perdido dos años de música, pero de alegría absoluta de poder volver a sentir la electricidad, humanidad y vibraciones de un buen show en vivo. El concierto de Serious Black en la Sala Silikona madrileña era la oportunidad perfecta, aunque, ya sea por un cierto miedo de parte del sector del público que aún no se atreve a ir a los eventos, o por esa falta de costumbre que lleva al fan al seguimiento de las agendas de conciertos, que ha generado la situación convulsa que vivimos, no encontramos todavía a una gran cantidad de público en la sala, lo cual duele especialmente, sabiendo el esfuerzo titánico de los organizadores por seguir apostando por nuestra música después de la que les ha caído encima después de 24 meses a la deriva, sin apoyo de nadie. Un bravo y agradecimiento enorme para ellos. Lo merecen.



Ya familiarizados con el suelo, las paredes, los focos y las barras de la sala (quién nos diría que tardaríamos tanto en volver a estos habitáculos de la felicidad...al menos para muchos), los madrileños Undying Sun salían a escena. La banda capitaneada por el vocalista Luar Shadow Light salió a por todas, y aunque la banda tardó en adaptarse a la situación, no dejaron de presentar enérgicamente un power metal con gran cantidad de lucimientos instrumentales, y una estética que bien podría servir para una banda de sus características, por parte de su frontman, como de una de prog, especialmente por los atuendos de su guitarrista y teclista. Apreciaciones personales para poner en situación al personal, aunque no haya mejor modo de hacerlo que describiendo el cómo la formación va in crescendo, hasta sentirse cómodos en escena, transmitiéndoselo a un público quizás un tanto desconectado y fuera de contexto, por la falta de costumbre y seguramente desconocimiento de la historia que hay detrás del trabajo que venían a presentar. La voz de Luar, aunque de brillo agradable, no termina de sonar como es debido hasta que descargan "Ascending Deception", momento a partir del cual se conceptualiza la escucha del concierto, presentando el alma de la banda cada tema de su único lanzamiento hasta el momento, el EP Where All Begins.



Aunque quizás en tonos más relajados, el concierto hubiese ganado muchos enteros para poder prestar atención a los matices que iban desgranando unos músicos con tablas, temas como "The Dark of Decay" empezaban a arrancar las primeras sonrisas de la noche, entonando el show de un modo ascendente, continuando la senda marcada hacia un final de espectáculo con composiciones como la cañera "Rise Up" o "The Promises Dawn", dando completa cancha a su trabajo, y apostando honestamente por él, pues bien podrían haber optado por el recurso de los covers, como hacen muchos, y no lo hicieron. Arriesgaron, creyeron en si mismos, y aprovecharon el poco tiempo de un concierto como teloneros para mostrarnos lo mejor de sí.



Y llegó la hora. Parecía increíble...¡una banda extranjera en escena!. Pensé que jamás viviría el momento, pero ahí estábamos, frente al escenario de Silikona, observando un telón con motivos del último álbum de los alemanes Serious Black. Una banda que en su día generó una expectación enorme al haber incluido a nombres en sus line up como el de Roland Grapow, Thomen Stauch o Alex Holzwarth...y sin quedar ninguno de ellos en filas, salió la banda a escena, y atacaron para derrumbar la sala. Nikola Mijic, ex-vocalista de Eden's Curse al frente, gafas de sol al poder, y una banda súper enérgica, nos presentaba "Akhenaton" de su laureado debut, no estando el inicio del show exento de mala suerte, ya que la voz del frontman no se escuchaba absolutamente nada, mientras el público tratábamos de disfrutar del tema en formato instrumental a la suma perfección, eso si, haciendo gestos a los propios músicos para que pudiesen rectificar el error de sonido. Poco tardó en solucionarse la papeleta y "Trail of Murder" sonó sideral, con una formación totalmente compenetrada, conectando con el público, enérgica y muy profesional. Cuando Ramy Ali se siente cómodo, sus baquetas son un espectáculo, pero no menos eficientes son sus compañeros, quienes gozan de una coordinación y total complicidad en vivo. Para el reciente "Setting Fire to the Earth" de su último lanzamiento, Vengeance is Mine, todos los presentes ya estábamos alucinando con el enorme potencial vocal de Nikola, versátil, preciso y como un torbellino...tal y como se presentó en Madrid ante una audiencia hambrienta de sus geniales tonos y abanico vocal.



El medio tiempo "Heartbroken Soul" de su Mirror World fue el punto de inflexión de la noche, en el que toda la banda ya acomodada, generaron un clímax sensacional, sabiendo estar a la altura del nombre de su propia historia, con uno de los mejores estribillos de la noche y una interpretación colosal. Me encantó, por cierto, la compenetración y sonido fundido que logran Dominik Sebastian y acompañante. Por supuesto, fueron cayendo temas de su último gran disco como "Soldiers of Eternal Light", que sirvió para levantar el puño en su riff, y así lo exige su condición, incluso en estudio, con ese riff que podrían haber facturado Hammerfall en sus mejores tiempos, para laurear un estribillo que siempre me ha evocado a la vena más Sabaton. Nikola nos insta al movimiento con "I Seek No Other Life", que junto a "Older and Wisher" y "Sealing and Fate" también de su debut, conformaron uno de los grandes momentos de la noche, porque todo estaba sonando perfecto, la formación parecía disfrutar sobremanera de su vuelta a los escenarios, y el público, aunque escaso, gozaba de un sonido perfecto, escuchando cada detalles de los temas originales reproducidos sensacionalmente con la magia del directo. Especial mención de nuevo, y lo reitero una vez más, a Nikola, que sabe calzarse los zapatos de Urban Breed con gran maestría y acierto. "Senso Della Vita" abre la caja de pandora, y lleva al espectáculo a un nuevo nivel, ya que no está muy cerca el final, y su nuevo disco parece haber calado entre los asistentes. Aunque un disco como Magic no es fácil de olvidar, y "Mr. Nightmist" pone de manifiesto el por qué los suecos están en un estatus tan dulce. Los teclados iniciales, el riff y la magia del tema, envuelve a una sala totalmente volcada con Serious Black. No os digo nada, cuando empieza a sonar, del mismo trabajo, "Serious Black Magic", con su espectacular estribillo y la magnífica interpretación de Nikola. Colosal.



"Out of the Ashes", uno de sus nuevos hits estrella, fue coreado, saboreado y disfrutado, pero el cénit llegó con la preciosa "The Story" y sus delicadas líneas vocales, para llegar al estallido final con un inmenso "High and Low" que despedía una noche llena de emociones, buenas vibraciones, un sonido de lujo y una banda de primera, que se tomó la molestia de mezclarse después con su público, varios años después de su última toma de contacto con este. Grandioso.



Orgulloso de que el primer show que presencio tras los años de incertidumbre, haya sido el de Serious Black, quienes me recordaron lo que es sentir ese sonido que nos hace sentir únicos, tan cerca de nosotros. Una banda impresionante a un nivel sobresaliente, y un público emocionado de sentir la electricidad de los conciertos de nuevo. Parecía increíble...pero estaba pasando, y pasó. Gracias por supuesto, a los otros luchadores de la noche, nuestros amigos de Kivents y Hueso Producciones, sin los que nada de lo que vivimos hubiese sido posible. Gracias Serious Black...gracias a los valientes organizadores. Por fin vemos luz al final del camino.

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