JUDAS PRIEST - FIREPOWER

Artista: Judas Priest
Álbum: Firepower
Sello: Legacy

No he querido hablar de Firepower, el nuevo disco de Judas Priest, hasta que he podido escucharlo más de una veintena de veces. No me parecía justo ni profesional dejarme llevar por las ganas de más material de los ingleses, y con la emoción de tener esa preciosa portada entre las manos, ponerme a escribir olvidándome de que soy crítico, conllevando ello a la objetividad, la cual era superada por el nerviosismo y el ansia en los primeros días desde la puesta a la venta del lp. Con lo que, realizada esa reflexión y tras haberme empapado por completo del poder del fuego, puedo decir abiertamente que el nuevo disco de nuestros sacerdotes metálicos es una de las mejores obras editadas en el heavy metal en los últimos 15 años. Así, sin más, puedo hacer esa rotunda afirmación, y también mojarme un poco más y elevar la grandeza del trabajo a los olimpos, declarándolo como uno de los mejores trabajos de la historia de Judas Priest, casi 50 años después de la creación de la banda. Y lo dice alguien que apreció, y mucho, y sigue haciéndolo, un Angel of Retribution, que aún a día de hoy me parece sobresaliente.

Ante la idea de que Tom Allom está tras los controles, acompañado de Andy Sneap, se puede intuir que el sonido será mucho menos embarullado y más potente que el de Redeemer of Souls. Firepower suena poderoso, cristalino y con una fuerza de la que la banda adolecía hace años. Una producción pulida, perfecta para empezar a escuchar el propio tema homónimo e inmediatamente levantar los cuernos y alucinar. Huele la sombra de Painkiller, pero llevada al 2018 con una gracia que nadie se esperaba, con una energía sensacional impresa a base de espectaculares riffs, detalles de producción y un Rob Halford rejuvenecido en todos los sentidos, haciendo gala de su inteligencia, llegando a tonos a los que no llegarían la gran mayoría de los vocalistas actuales, pero sin forzar la maquinaria y modificando su timbre de voz acorde a su edad. Un corte perfecto para abrir la gira, en el que por fin se siente la sangre jóven de un Richie Faulkner inconmensurable, convenciendo cada vez más de su papel revitalizador a la historia de Judas Priest. Impresionante.

En esa tesitura más cercana al trabajo del 90, ”Lightning Strikes” es otro enorme ejercicio de cómo crear heavy metal de calidad en los tiempos que corren, edulcorado con afilados y agresivos solos de guitarras, arreglos y un estribillo incendiario donde Rob se mueve como pez en el agua. Tema que hubiese podido mirar de tu a tu a cualquier tema de Painkiller, sin desentonar en éste...como la siguiente ”Evil Never Dies”, un futuro clásico de la banda en el que la base Ian Hill y Scott Travis suena como nunca, demoledora y amenazante, en un tema cuyo riff podría ser uno de los mejores de la historia de la banda. El estribillo es venenoso, el headbanging inminente, y conforme avanza su escucha es inevitable imaginarse tal animalada sonora en la gira. Estremecedor por cierto, un puente que evoca a los tiempos de Jugulator, y que conduce a un final apoteósico, lleno de agudos y un Halford recién salido del mismísimo infierno. Apabullante lo que llevamos escuchado hasta el momento. Claro que ”Never the Heroes” no es moco de pavo precisamente, facturando uno de los momentos más intensos del disco vocalmente hablando, en tonalidades elegantes y dejándonos un estribillo realmente sensacional. El pequeño aporte semiacústico en el desarrollo es esencial para que el corte vaya adquiriendo una fuerza arrasadora. Enorme canción que levantará pasiones en directo, y que servidor disfruta cada vez más escucha tras escucha.

”Necromancer” por su parte, hace que el perro enseñe sus fauces con más fiereza. Un tema heavy, a la yugular, y en el que reitero, Falukner habrá tenido mucho que ver, y en el que se nota la mano de Andy Sneap, pero que huele a Judas Priest por los cuatro costados, incluso con esos coros de sintetizador que le dan profundidad al resultado final. Tipton, por su parte, debe estar muy orgulloso de haber participado en el álbum, y saber que, con casi toda seguridad, serán sus últimas grabaciones profesionales debido a su maldita enfermedad. No obstante, el espíritu Tipton se mantiene durante toda la escucha, aunque muchos traten de restarle mérito sentados detrás de sus tristes ordenadores. Hay tesituras en el álbum que incluso se acercan a su sonido en Baptizm Of Fire, su primer trabajo en solitario, pero hay que hablar con razón de causa y conociendo lo que sus ídolos son capaces de hacer, aunque eso de ser conocedores indocumentados viene a ser algo habitual en nuestra sociedad. Ahí lo dejo.

”Children of the Sun” mira más al pasado, con un riff que podrían haber facturado para su anterior disco, y que ofrece ese punto más pausado y minimalista que necesita el trabajo para que las emociones suban y bajen a lo largo de su minutaje, basando su atractivo en un buenísimo estribillo que gana con las escuchas, y una sentida parte central que es de lo mejor del corte. ”Guardians” por su parte, nos anuncia a bombo y platillo un meridiano monumental, con una preciosa melodía que desemboca en una épica ”Rising For the Ruins”, cuyo punteo inicial nos introduce en una serie de riffs y estructuras de medio tiempo, que ganan cuerpo con la producción. Incluso la guitarra de Tipton limpia recuerda a tiempos pasados, creando escuela y elegancia a partes iguales y evocando calma en la tormenta, en la que Halford suena como nunca, centrado, afinado y profesional como pocos. Sin embargo, llega de nuevo el huracán con un ”Flame Thower” incendiario, metálico, cuyo sólido riff conduce a unas frases por parte de Rob, que son las que más recuerdan a tiempos pasados, y donde el inglés ha hecho un esfuerzo brutal en dar matices, para culminar en un estribillo adictivo 100% Judas Priest. Y todavía queda por escuchar la intensa ”Spectre”, poniendo el punto más oscuro a la escucha, y cuyo estribillo es casi una droga para el cerebro, continuando la atracción con un”Traitors Gate” que bien se podría haber incluído en su anterior obra, como una de sus grandes composiciones. Tema levanta-puños y cliché, con una fuerza sólo digna de los metal gods.

Llegando casi al final, algo más de dos minutos nos emocionan sin precedentes en ”No Surrender”, desde ya, un futuro clásico de la historia de la agrupación. Adictivo...un chute en vena de energía, que incluso puedes imaginase ubicado en aquel descomunal Priest...Live!, y no hubiese desentonado en absoluto. Sin embargo, la puntilla menos clásica y más cercana a Fight o Halford como solista, la pone un ”Lone Wolf” con un riff sabbathico con cierto toque incluso stoner a mi parecer, llegando al final del viaje con ”Sea of Red”, una preciosa composición, que, sin superar a ”Angel” o ”Worth Fighting For” de Angel Of Retribution, añade un enorme tema melancólico más a la lista personal de Judas Priest, y que servirá para que nuestros mayores del metal se puedan dar un respiro en escena.

Me dejó sin aliento desde que salió, y lo sigue haciendo hoy, 40 o 50 escuchas después. Faulkner es fundamental, Halford canta como hacía años que no hacía, y Judas Priest nos han dejado tal orgía de riffs, estribillos, baterías aplastantes y solos para el recuerdo, que desde ya afirmo que quedan impresos en la historia del rock como un conjunto de canciones clásicas. Firepower no es sólo un disco de Judas Priest...es uno de los mejores discos de Judas Priest. Así...sin fisuras, y con una escuela envidiable.

José Rojo

Agregado: April 5th 2018
Moderador: joserojo
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