KAMELOT - SILVERTHORN

Artista:Kamelot
Álbum:Silverthorn
Sello:SPV
Fecha lanzamiento:29 de Septiembre2012

Los americanos Kamelot fueron de más a menos con Roy Khan...eso es un hecho y algo que ha pesado mucho a la banda en los últimos años. The Fourth Legacy fué una sorpresa, Karma uno de los mejores discos de principios de década dentro del género del power metal de tintes sinfónicos, Epica mantuvo el nivel, The Black Halo fué un salto evolutivo hacia una música más elaborada y pomposa, pero a partir de este, la banda bajó el listón con sus dos siguientes obras. Ghost Opera y el siguiente Poetry For The Poisoned ya no poseían la garra y gancho de los anteriores, aunque la belleza instrumental y la calidad andaban sobradas en los dos cd's. Thomas Youngblood y sus chicos son un ejemplo a seguir, de como hacer música con mayúsculas, pero todos los músicos pueden tener altibajos artísticos en un momento determinado de su carrera, y Thomas, aunque de un modo discreto y sin pasos de gigante, llegó a repetirse y a perder parte de su "toque personal" (a pesar de que las composiciones de Kamelot no recaigan sólo en el).

Tras la marcha de Roy, los fans de la banda se echaban las manos a la cabeza...era como quien pierde a un Dickinson o un Halford, pero lo cierto es que el caso de Kamelot me recuerda un poco, salvando las distancias, al de Saratoga cuando Leo dejó el barco...nadie pensaba que entraría un Teté, que, entonando a la perfección los temas antiguos de la banda, imprimiese de nuevo un espíritu triunfador a la formación. Pues con el nuevo vocalista de Kamelot, Tommy Karevik ha ocurrido prácticamente igual. Un chico que sin ser "famoso" con anterioridad, llega a la banda, y con un look que recuerda al mismísimo Khan, es capaz de calcar la tonalidad de este, imprimiendo a sus temas de cierta majestuosidad y personalidad. Algo así como lo que ocurrió en Judas Priest y Ripper...había cierto aire de "plagio", pero...bendito plagio!. Introducidos en harina, vamos a lo que es el nuevo disco de Kamelot, Silverthorn, que tras la preciosa portada "made in Kamelot", en la que unos cuervos rodean a una dama de negro, encierra grandes dosis de los mejores momentos de la banda en mucho tiempo.

Magnus Dei comienza imponente y fantástica. Como introducción posee una belleza extrema, donde la melodía es dueña y señora de los altavoces. Los componentes sinfónicos se hacen cada vez más grandilocuentes, para fundirse con Sacrimony. Una potente producción, a la par que cristalina nos adentra en uno de los mejores cortes de Kamelot en los últimos años, donde predomina un Karevik que nos hace recordar mucho a Khan en el buen sentido. Impresionantes las orquestaciones y el estribillo, así como la voz femenina entremezclada con la de Tommy. El ritmo, que no el nivel, baja en Ashes To Ashes, donde los componentes modernos asoman la cabeza, y la voz se modula cada vez más en varias tonalidades. Corte de gran octanaje que destaca por un estribillo muy a lo Black Halo. Torn posee mucho componente orquestal como peso de la composición, donde la parte vocal de nuevo vuelve a enamorar, así como el bonito estribillo, que sirve de hilo conductor hacia la bonita Song For Jolee, un corte suave, delicado y sin guitarras, que sirve como mero lucimiento de Karevik.

Sin duda alguna, Silverthorn ya posee más herramienta de enganche que la anterior entrega de la banda, y cortes como Veritas confirman que la idea de variedad en esta ocasión, ha sido santo y seña a la hora de componer el material, con guitarras más pesadas y grandiosos coros. Aún así, el corte gana con las escuchas, sin ser uno de los más llamativos del álbum en primeras impresiones. My Confession vuelve a derrochar ideas modernas en su sección de teclas, para crear un ritmo muy adictivo y original, que realmente no pasa la línea de la genialidad, a pesar de moldear una buena canción, mientras que la veloz Silverthorn nos devuelve en el riff a los tiempos de Epica, creando ambientes progresivos cuando moderan la velocidad y obligan a la batería a dinamizarse para seguir el ritmo de la canción. Falling Like The Farenheit es un medio tiempo pesado, con mucha personalidad, pero no del todo original en sus ritrmos, que hacen del track uno de los menos atractivos a primera vista del disco, a la vez que Solitarire nos dispara una melodía que recuerda a Forever, salvando mucho las distancias.

Para terminar la entretenida escucha, Prodigal Son conforma uno de los tramos más oscuros de Silverthorn, a la vez que uno de los más dulces, mezclando belleza y guitarras maléficas a partes iguales, en un precioso tema, muy a tener en cuenta para directos, mientras que Continuum cierra el círculo a modo instrumental, de un modo muy elegante, dándole al álbum cierto aire conceptual y dejándonos con un sabor de boca difícil de describir.

Poco o nada tiene que envidiar Karevik a Khan, y si alguien no me cree, que escuche Silverthorn con mucha atención, pues desde el prisma que se escribe esto, el álbum será uno de los preferidos de los fans de Kamelot, después de los magistrales Karma y Black Halo. Gran debut de su vocalista, e impresionante soplo de aire fresco para la banda.

Recomendado.

Crítica: José Rojo.

Agregado: October 29th 2012
Moderador: joserojo
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